30 nov 2011

Pamela, mi novia, la actriz (6), Primera parte



Un relato de: Krakkenhere.

 Tras su último intento por llegar a ser toda una estrella de cine, afortunadamente Pamelita se tomó muy bien ese aparatoso fracaso; sin mostrar un ápice de depresión o cólera, me invitó a pasar unas cortas vacaciones en las playas del norte, ¡qué bien: por primera vez en nuestra relación, íbamos a pasar unos días de paz y sosiego!! (y a la vez aprovecharía yo el hecho de tener una noviecita rica, jeje,…)

La pasamos fenomenal: sus padres –siempre de viaje-, tenían un precioso chalet de madera sobre palafitos, a la orilla de la playa más “nice” de las calurosas costas norteñas, y en el cual nos la pasamos como deben pasársela todos los enamorados: tomando sol como lagartijas, nadando como patos en el mar turquesa y por la noche,… follando como conejos. ¡Eso sí era vida!, pensé, mientras me mecía hecho todo un reverendo vago, en una hamaca, bebiendo una bebida y pensando en que no me molestaría en nada, vivir sin hacer nada,… más que gastar los millones de “mis suegritos” (a los cuales aún no conocía)

Pamelita, luciendo infartantes y diminutos bikinis (los cuales siempre se quitaba gustosa para mí), me tuvo esas semanas muy bien tratado (tanto de día como de noche), y cumpliendo todoooos mis deseos,… salvo cuando se sentaba frente a su laptop y comenzaba a teclear como una descosida, trabajando en Dios-sabe-qué. Un mediodía cualquiera –porque veraneando de gratis cualquier día es igual al otro-, y mientras yo descansaba en un sillón mirando el mar, Pame (que desde que comenzó el día, estuvo trabajando en la compu), tras exclamar un sonoro “¡Ya!,…” vino hacia donde yo estaba, muy sonriente, luciendo una tanga amarilla diminuta, mostrando sus enormes pechos bronceados al aire, y trayendo a toda prisa hacia mí, rodando, un televisor sobre una mesita con ruedas:

- …¿Quieres ver el fútbol, amorcito?,… -, me preguntó hecha una dicha. - ¿Ehhh?,… -pregunté yo medio atontado, como cualquier ricachón baboso que no tiene nada qué hacer-, ¿quién juega?,… - El Manchester United contra el Arsenal,… - …A ver,…

Sin perder un instante, prendió el aparato y dando saltitos (sus pies en puntitas y sus tetas también), entró rauda y alegre a la casa, regresando casi al instante con una jarra de cerveza heladísima. Por un buen rato, no paró ni un instante: me preguntó si quería un sandwich, un cigarrillo o una almohada para mis pies; a cada “si” mío, iba y me lo traía (hum,… debí sospechar que se tramaba algo,…) Tras dejarme intrigado, Pame se sentó a mi lado, viéndome sonriente y ocultando algo tras su deliciosa colita. La verdad es que no me importaba mucho; estaba yo por un instante viviendo en “el Edén de los hombres” (cerveza, comida, fútbol en la tele, un mujerón por pareja,… semi-desnuda y engriéndolo a uno)

- ¿Te gusta el fútbol, amorcito?,… -, me preguntó al rato.

¡Colón descubrió América y paró un huevo!!!, me dieron ganas de decirle, mientras daba cuenta de mi cerveza,… pero me limité a hacer lo que todo hombre hace mientras ve el fútbol y una mujer le pregunta algo estúpido: seguir viendo el partido bebiendo.

- …Ajá,… - ¿Y qué opinas de esto?,… -, me dijo entonces, sacando de su espalda un periódico que puso en mi regazo.

Era la sección deportiva del diario de nuestra ahora, lejana ciudad: hablaban de un club amateur; Cienfuegos F.B.C. se llama (si, opino igual que ustedes, ¡vaya nombrecito!,…), el cual había clasificado a la etapa nacional del torneo que daba un cupo a la Primera División.

- …Esos inválidos no le ganan ni a mi abuelita coja,… -le respondí-, te pasas Pame: estoy mirando al Arsenal y me hablas de esos cojudos!,… - …Pues yo creo que pueden campeonar,… -me replicó con toda seguridad,... y con una vocecilla cantarina que hizo que se me escarapelara la espalda. - Pame,… - …¿Qué?,… - ¿Qué tramas?,…

Entonces mi novia se puso de pie, hecha una dicha, parándose entre yo y el televisor, impidiéndome ver el fútbol (en algunos países, eso puede ocasionar un asesinato,…), y comenzó a dar esas explicaciones que me anunciaban que ya estábamos “ad portas” de meternos en otra de sus locuras.

- Yo creo que puede ganar por que han conseguido un sponsor muy poderoso,… - …¿Y quién fue el pobre idiota que puso plata en ese equipo de quinta?,… - …Mi papi,… -, me dijo de golpe, haciendo un puchero (nota mental: ¡NUNCA hablen mal del viejo de la novia!,… sobre todo si deseas vivir a sus costillas)

Le seguí oyendo alelado: resultaba que su “papi” era accionista mayoritario de la cervecera local (cerveza-fútbol,… tiene sentido), y para evitar pagar más impuestos, decidieron recibir beneficios del fisco apoyando el deporte, y como no había club más barato y popular, pues se decidieron por el clubcito de marras ese.

- ¿Y tú qué tienes que ver en el asunto?,… - Pues como papi está en el extranjero, me pidió que vea bien su inversión,… -me dijo mientras me tomaba del rostro y me frotaba la cara con sus riquísimas tetas de pezones erectos y con sabor a mar-, tú sabes más de fútbol que yo,… ¿me ayudarás amorcitoooo?,.. - …Bueno,… puessss,…¡Auhmmmm!!,… -le dije entonces, soltando bostezos de a cuarta-,…. no creo,… que,… nossss,… metamos en liossss,…. Zzzzz,…

Los ojos se me cerraron como piedra (mientras recordaba, lo eficaz mi noviecita con afrodisíacos y somníferos), y mientras le escuchaba entre sueños diciéndome: “sabía que podía contar contigo, mi amor,…”.

El ruido de un chapuzón me despertó varias horas después; ¡mierda, maldita sea, mi propia novia me había drogado!!!, y eso sólo podía significar algo: ¡ya estábamos en medio de otra de sus salvajadas!!. Mirando como loco a mi alrededor, agradecí el estar vestido y en un lugar público (¡con Pame nunca se sabe!) Mi noviecita estaba sentada junto a mí, vistiendo un bikini algo discreto para ella (algo raro en mi Pamelita), un pareo atado a la cintura, sombrerón y lentes oscuros. Yo estaba de camisa y shorts; estábamos en una mesa, junto a la piscina, en un hotel de 5 estrellas,… ¡en una ciudad a 300 kilómetros de la casa de veraneo de sus padres!

- …¿Ya despertaste amorcito?, ¡qué bien!,… -, me dijo entonces, mientras tomaba muy quitada de la pena, una piña colada.

Estaba a punto de matar a mi novia cuando me miré en el espejo de la barra del bar del hotel, frente a nosotros: ¡MAMAAÁ!, ¿QUÉ ME HABÍAN HECHO?!! Estaba yo con el pelo cortado casi a cero: ¡con mis “entradas” parecía yo Zidane!, con ese “look” y mi barba de tres días, me miraba yo como unos 8 ó 10 años más viejo. Aprovechando que aún estaba yo medio turulato, Pamelita me mostró en su laptop, su alucinante plan; una tras otra, aparecían webs deportivas del país anunciando: “MAÑANA ARRIBAN A LA CIUDAD LOS NUEVOS REFUERZOS DEL CIENFUEGOS FBC”.

- …Pero aquí habla de un,… ehh,… -le dije entonces, viendo la pantalla-, “José Sánchez, centrodelantero, que proviene del Deportivo Sacachispas de Argentina”,… ¿y ese?,… - Ahá: ese eres tú. - …¿QUEÉ?!!! – pegué el grito, para luego casi romper a llorar-,… ¡pero si a mí ni me escogían pa’ los partidos del recreo del colegio!!,… ¿y por qué ese apodo de “Burro”??!!,… - …Por que en Argentina ya había un “Burrito” –me replicó Pame, mientras me hacía mimos-,… y mi novio no puede ser menos que nadie, ¡muack!,…

Yo estaba al borde del ataque cardíaco, pensando en el papelón que se avecinaba, ¡por que el que iba a actuar ahora era yo! Ahí estaban todos esos días en que mi enamorada le daba a las teclas: ¡cada línea que leía era una reverenda locura!

- … ¡Pero,…pero,… -exclamaba yo agitado-, ¡pero acá dice que rompo piernas, que lesiono delanteros!!!,… - …Seee,… -me dijo entonces como quién no quiere la cosa-, es que no tenía videos de goles tuyos para subirlos a Internet para hacerte pasar por delantero,… - …¡Pero, pero, pero…. si yo no le “metí gol” ni a mi novia del cole!,… - ¿En serio?,… ¿no quieres que te lo resuelva?,…

¡Me quería morir y Pamelita me hablaba de conseguirme una follada con mi primera novia!; yo estaba aterrado, pensando en el tamaño papelón que se avecinaba,… si es que antes no me mataban en la cancha (ya me sentía como cristiano antes de entrar al coliseo,…) la maravillosa “idea” de mi novia para llegar a ser famosa, era “pegándose” a “los otros famosos”: los futbolistas. En pocas palabras, se volvería “botinera”, o como le dicen en otras partes: “animadora”, “porrista”, “pelotera” (o como en mi país: “jugadoraza”)

- …Claro: como esa tipa, la inglesa, la Danielle Lloyd,… creo que le dicen “Miss Premiere League”, ¿la viste?, ¡se revolcó con media Liga y ahora le llueven contratos de todo!,… ¡bah: a mí, mínimo me ofrecerán una película!,… - Así que serás mi “botinera”,… - No: DE ÉL,… -, me replicó, mientras apuntaba con su dedito manicurado hacia la piscina.

Ahí estaba el otro personaje en esta loca aventura: Francisco “La Fiera” Correa. Apenas lo ví, me ocasionó la antipatía que sentimos todos por hombres por los futbolistas: joven, musculoso, con cabellera de trencitas (tipo rapero), cadena de oro al cuello,… y colgando de su cuello también dos de las más bellas y esculturales nenas del lugar, rogándole por fotos y autógrafos. Según Pame era un goleador fenomenal.

Tras presentármelo, Pamelita inmediatamente le rodeó con sus brazos, a la vez que apartó sin ninguna delicadeza a las demás resbalosas. Mi novia entonces se quitó el sombrero, luciendo su nueva cabellera corta y color azabache: había nacido más loca y zamarra “botinera” de la historia del fútbol nacional: “Bibi, la amiga de todos”.

- …Pameee,… -le dije entonces, disimulando mi rabia, y tratando de zafarla del cuello del tipito ese-,… esto no me gustaaaa,… - Tranquilo amorcito –me replicó con igual voz cantarina-, lo tengo todo controladoooo,….

En fin, tras convencerme mi novia con otra salvaje sesión de sexo, con sus habituales gritos, jadeos, mamadas demenciales y una cabalgata hasta hacerme crujir la verga (¡Diossss: por qué soy tan débil ,maldita sea!!!); en menos de lo que canta un gallo, “Bibi” (Pame), el peloterito idiota ese (Francisco) y yo (un dizque argentino “machetero”), estábamos embarcamos en un avión de vuelta a nuestra ciudad. ¡La que se armó al llegar al aeropuerto!; apenas comenzamos a bajar las escaleras, vi la dimensión de la locura de Pame: ¡AHÍ ESTABAN TODOS LOS REPORTEROS DE RADIO, PRENSA Y TV DE LA CIUDAD!!! Mi noviecita no había escatimado en gastos esta vez (no se ofendan, amigos periodistas: aquí y en la China, TODO funciona con una “buena aceitada”)

Flashes volaban de un lado para otro, encandilándonos a Francisco y a mí,… pero los reporteros pagados no eran lo peor: lo eran los hinchas; ¡mierda, el clubcito de porquería TENÍA HINCHAS! (en el fútbol se puede comprar TOOODO,…menos hinchas) Así yo y el mocoso ese nos vimos de pronto envueltos en una pequeña marea humana de cámaras, gritos y banderitas blancas y rojas; el terror y la vergüenza se me pasaron casi al instante, y no era para menos: ¡en menos de lo que canta un gallo, nos rodearon mujeres!!!, ¡diablos!!, parecía que todas las viejas celestinas de la ciudad le habían dicho a sus hijas: “¡deja de estudiar y búscate un futbolista!”

Ahí había de todo: altas, bajitas, rubias, morochas, morenas, maduras, jovencitas,…mmm!; CULONAS, DELGADAS, DE TETITAS CHIQUITAS Y PARADITAS, TETONAAAAS!, en fin, “de todo como en botica”. Fue la primera vez que me sentí “violado”, “magreado”, “usado”, “tratado como objeto”,… ¡Y ME GUSTOOOÓ!!!

Decenas de manos femeninas, unas tímidas, otras ansiosas y algunas desvergonzadas, tocando mi cuerpo con deseo, con placer,… mmm,… apretándome sin pudor la verga, atenazándose de mi trasero, sobándome con frenesí, aprovechando la complicidad de la masa apretujada, haciéndote estremecer del gozo del toqueteo que hace sentirte objeto de deseo, anhelo inalcanzable y pedazo de carne apetecible, ¡TODO A LA VEZ!!! Admito que la pieza se me puso como un riel en un segundo,… mientras que Francisco las apartaba como si fuesen malahierba, lo cual beneficiaba a “Bibi”: prendida del brazo del “crack” en ciernes ese, captó de inmediato la atención de los medios amarillistas presentes,… y no era para menos: se había puesto uno de esos tops con pantalones apretados, todo en una pieza (de los que usan las “animadoras”), ¡parecía que se lo habían cosido sobre la piel!! Pame no desperdiciaba ni un solo flash: abrazando al mequetrefe ese, lo envolvía con las piernas, resaltando su culo de infarto para los complacidos camarógrafos,… mientras que yo pasaba de la dicha de ser manoseado a morirme de celos,….

Un reportero me pidió unas palabras y en un santiamén, me vi rodeado de micrófonos: dije entonces lo primero que se me ocurrió:

- …Que nadie piense que vengo a ser la solución del equipo,… todos somos obreros que debemos trabajar para el mismo objetivo,… (o sea, la misma estupidez que dicen TODOS los futbolistas)

Los periodistas me miraron como bicho raro: ahí, dije lo segundo que se me ocurrió, sudando frío,…

- …Ehhhhhhh,… ¿“Che”?,…

¡Y ahí volvieron a deslumbrarme los flashes!, ¡país de porquería: si hablas de fútbol y no sueltas un “che”, nadie te toma en cuenta!!!, en fin, ya menos rodeado por la pequeña muchedumbre, descubrí a alguien conocido: un camarógrafo que no paraba de tomarle fotos a Pame: su infame primo, que mandó al diablo la elección de Pamelita como reina de belleza de la ciudad (“Pamela, mi novia la actriz, capítulo ..)

- …Oye,… -le dije entonces-, tú que eres fotógrafo de modelos,… ¿por qué no te encargas tú de hacerla una actriz famosa?,… - …¡Noooo, gracias hermanito!,… –me replicó alegremente-, eso te lo dejo a ti, y tú sabes bien por qué no,… - ¿Por ué? - …¡Por que mi primita ESTÁ COMPLETAMENTE LOCA!,…

(Nota mental: ¡nunca preguntes algo si sabes ya al 100% la respuesta!,…)

Tras aquel “baño de popularidad” quedé metido hasta las orejas en el asunto: un mes completo, mi flaca y escuálida humanidad quedó en manos del entrenador del equipo (un uruguayo que no paraba de putearnos y recordarnos cuando casi, casi fue seleccionado para integrar “… la gloriosa selección de México ’70”,…), y un viejito medio loco, el utilero del club, que fue el único no se “tragó” el cuento de mi supuesto papel de “crack extranjero”:

- …Je, je, je,… ¡nunca “fuiste” y cuando “fuiste”, NADIE SE DIO CUENTA!!,… -, me repetía a cada instante,… - ¡Vete a la mierda, “viejo viagra”!,…

Así sudé, sufrí, crují por todas mis coyunturas y maldije como un bendito, pero un mes de rigurosa pretemporada después, lucía yo un físico realmente envidiable: abdominales bien formados, piernas musculosas -que ya reventaban mis jeans desde adentro-, y la posibilidad (después de muchos años), de poder correr 10 minutos de seguido y sin dejar las tripas regadas por ahí; claro que eso no lo logré, no sin antes no haber vomitado hasta el vino de misa que me tomé cuando monaguillo, allá por los 9 años: ¡estaba yo que no cabía de gusto!, es decir,… ¡cuantas veces uno puede conseguir verse como todo un atleta Y QUE TE PAGUEN POR ELLO!! Mi Pamelita, mientras tanto, no la pasaba nadita mal: ¡aparecía a diario en TOOOODOS los periodicuchos deportivos y en TOOODOS los pasquines amarillistas de la prensa nacional!; en poses atrevidas, luciendo infartantes micro-minis y diminutos politos escotados,… y lo que me más me atacaba (de celos, hay que ser sinceros), ¡yendo de arriba abajo con el idiota ese de Francisco!

Finalmente llegó el momento de la verdad: nuestro primer partido. Nos enfrentábamos de local, contra un muy laureado equipo del puerto. ¡Estaba yo que temblaba de miedoooo!!! ¡Toda la ciudad había ido al estadio! (incluidos los miserables de mis amigos, que habían pagado entrada sólo por verme hacer el ridículo,…) Pamelita mientras tanto continuaba con su “carrera” de botinera: con unos shorts que se le metían por completo por la raja del culo y un top que se le bajaba cada vez que saltaba, se desgañitaba ese día en la tribuna popular,… atrayendo a más cámaras que el partido mismo (¡y claro, si a cada saltito se le salían sus sabrosos pezones del top que usaba!)

Enfundado yo en mi uniforme, hecho una gelatina de los nervios y llevando la banda de Capitán, me acerqué al centro del campo a saludarme con el árbitro y el Capitán contrario: un mulato enorrrrme, con cara de pocos amigos,… y luciendo un buen costurón en medio de la cara, que le daba pinta de candidato indiscutible para “capo” del penal más cercano.

- …Ehhhhh,… “Che”,… jeje,… -le dije tendiéndole la mano, medio muerto de miedo-,… que gane el mejor, pues,… - …. ¡Pasas por mi lado con la pelota y te corto, argentinito de mierda! -, me soltó casi con un escupitajo, mirándome con fiereza y haciendo que se me encogiera para adentro el orto.

Sonó el pitazo del árbitro y casi por inercia, le pasé la pelota más asustado que otra cosa a “La Fiera” Correa; ¡mierda: a 3 segundos de iniciado el partido me quedé frío del pánico, ¡ESOS DESGRACIADOS DE LOS RIVALES ERAN UNOS ASESINOS, SOLTABAN PATADONES COMO MACHETES QUE ERAN UN CONTENTO!!! El estadio completo gritaba como coliseo romano y yo en medio de todo eso, ¡MAMAAAÁ!!!

Por esas bromas crueles del destino, alguien me devolvió la pelota, y viendo a tres negrazos asesinos yéndoseme encima mío, ahí hice la segunda mayor estupidez de mi vida (la primera fue hacerme novio de Pame); toqué la pelota hacia adelante y salí corriendo tras de ella.

¡Y corrí, corrí y corrí!!! (y es que eso de que te persigan cuatro negrazos, hace correr a cualquiera,..); ¡y rumbo hacia el arco contrario! Ahí descubrí con pavor la dura realidad: ¡las canchas de fútbol no son planitas como se ven en la TV: TIENEN HUECOS, BACHES, PEDAZOS DE PASTO ARRANCADOS Y PIEDRAS!!! Luchando contra las fuerzas de la inercia, hice la jugada más vieja de la historia del fútbol: cerrar los ojos, darle con el alma a “la de cuero”,… y dejarle a Dios que pasara lo que le viniera en gana.

Pateé con tal fuerza que las leyes de la inercia se ensañaron conmigo. Mientras caía al suelo como cualquier inútil que le pega a lo bruto a una pelota, y mientras mi cara iba creando una trinchera en el césped, ví (…y en verdad, lo miro 20 veces al día en Youtube desde entonces,…), ¡cómo la pelota voló de manera preciosa, como jamás un balón lo ha hecho desde que Didí creó la “folha seca”,… (¡qué modesto soy!, ¿no?), en fin, se elevó para luego caer al arco con toda velocidad, justo en el ángulo derecho; ¡nuestra mísera barra saltó de júbilo, al igual de los pechos de mi Pamelita!!; yo por mi parte, me puse de pie y pegué el grito de rigor (”palabra bendita”, que le dicen los comentaristas); jubiloso como ninguno, comencé a correr por el campo, brazos en alto, y desgañitándome a mi entero gusto; es cierto que gritaba yo sin parar “¡gol!”, pero en realidad yo quería gritar otra cosa (…¡GOOL: malditos de la IFHSS, anótenlo, ANÓTENLO,… ES MÍO, ES MÍOOOO!,…)

Entonces se generó dentro de mí la transformación; todos los hombres tenemos “una bestia” dentro -a veces despierta, a veces dormida-, ese “monstruo grande, que pisa fuerte,…” que nos vuelve un animal en un instante,… el fanatismo del fútbol. Hecho un energúmeno, hice una estupidez de esas que uno hace por la maldita emoción que te mete la pelotita: corrí hasta la barra contraria y mostrándoles los puños, grité como un enfermo:

- ¡ASÍ SE METEN LOS GOLES CONCHESUM…!!!!

No llegué a terminar mi grito: una cosa negra vino a mi encuentro, pegándome en plena frente, dejándome al instante privado en el santo suelo. Cuando volví a la vida, estaba tirado en una cama de hospital, medio drogado y luciendo un fenomenal vendaje en la cabeza: frente a mi cama, alguna compadecida enfermera había dejado el televisor encendido como para que al hacer yo la estúpida pregunta de rigor (“¿QUÉ PASÓ?”), pudiera sacar mis propias conclusiones: en todas las cadenas de TV, mostraban una y otra vez el último “blooper” de moda en el mundo; ¡el tipo que tocaba el bombo de la barra contraria me había tirado la baqueta!!!

Una y otra vez me vi cayendo miserablemente, todo turulato del golpe (y la verdad es que mis amigos me hacen ver el video cuando pueden, desternillándose de risa) La verdad es que el tiro le salió perfecto al sujeto ese, ¡claro, por eso no ganamos medallas olímpicas en lanzamientos, NO BUSCAMOS A LOS DESCONOCIDOS VALORES DEL DEPORTE NACIONAL!! En eso y otras estupideces pensaba yo, cuando la puerta de mi cuarto se abrió: la escenita no podía ser mejor: entró por delante un preciosísimo culito enorme, enfundado en una diminuta minifalda de en enfermera,… y aprecié con delicia cómo su culazo se comía su colaless casi por completo. La enfermerita abrió la puerta con el culito, mientras sostenía con ambas manos una charola.

- ...¡Amorcito, ya estoy aquiiiiií!!! -, exclamó mientras giraba, cerrando la puerta.

¡Pamela: debí suponerlo!!! Ahí estaba mi “queridísima novia”, disfrazada de enfermera, sonriente de oreja a oreja,… y portando en esa charola esa condenada laptop que yo ya estaba pensando ponérsela de sombrero.

- Se nota que andas contente,… -le dije con cólera contenida-, casi logras que me maten esta vez,… - …¡Hay amorcito, no seas tan melodramáticooo!! – me contestó como siempre: o sea, sin importarle nada-, el doctor dice que estás bien y que ya te puedes ir, además quise darte la sorpresita yo mismaaaa,…

Pame desplegó la pantalla de la laptop frente a mí y me mostró lo que había ocurrido mientras estaba yo inconsciente: no solo habíamos ganado el partido (3-0, con dos goles de Francisco y uno “de su servidor”), ¡sino que yo me había vuelto el ídolo del Club!; en todas partes aparecían mensajes de hinchas alabando “mi coraje”, “mi amor por la camiseta”, o diciendo “que tenía yo 4 pares de huevos”,… y no pocos mensajes de féminas que “deseaban comerme con toperoles y todo,…”

- ...Acá hay una tipa que dice que quiere que la desvirgues por todos lados, amorcito,… -me enseñaba mi noviecita, sobándome con sensualidad con su pierna bien torneada y enfundada con una pantie blanca-,…. Hummmm,… y acá otra que dice que eres todo un machazoooo,…. Mmmm,…

La verdad era que el ego se me fue hasta las nubes: Pamelita sabía bien cómo engatusarme con sus alocados planes:

- ….Te las puedo conseguir a todaaaaassss,… hummmm,… ¿no te gustaríaaaa?, solo tienes que seguir en el equipoooo,… ¿lo harías por mí, amorcitooooo?,… Hummmm,… - Esteeeee,… bueno,… puedo intentarlo,… –le dije yo, ya casi convencido, sintiendo cómo su pierna ya me ponía dura la verga-, oye,… ¿y porqué estás así, tan cachonda?,… - …¡Hay, no séeeeeee,….hummm!!!!,… jiji,… -me replicó mientras se abría el uniforme, mostrándome sus inmensas y suculentas tetas-,… ¡creo que es cierto eso que dicen las perrunchas de las botinerasssss!!!,… te veo ahí acostadito, heridito,… hummm,… y eres futbolista,…. Hummm,…. ¡y te veo taaaaan sexyyyyyy!!!,… ¡hummmm!!!,…

Fue la primera vez que Pame, mi novia, me mamó la verga totalmente descontrolada: ¡y de qué manera me la chupó!!!, Me ató a la cama de hospital de pies y manos con esos tubos de plástico que usan para torniquetes, ¡como si yo me fuese a escapar!!!

Sin quitarse esa gorrita de enfermera, se desnudó viéndome como Brad Pitt o algo parecido (que una mujer te mire así es muuuy excitante!); me lamió la verga, los huevos y el ano, de abajo a arriba, ¡haciéndome convulsionar de gozo!, para luego darme una profunda “deeptroat” en la que se metió mi verga en su boquita hasta lo más hondo, ¡casi introduciéndose también mis huevos al mismo tiempo!!! Yo estaba ya como loco al sentir mi glande casi atorándose sin cesar en sus amígdalas.

Tras dejármela completamente embabada, Pamelita se encaramó encima mío: me mostró que se había afeitado el pubis en forma de corazoncito y ahí comenzó a hacerme gozar como loco: ¡como una salvaje amazona comenzó a saltar encima mío, ensartándose ella misma mi verga alternadamente, en su concha y su ano, ¡hecha toda una insaciableeee!!!! Era delicioso, increíblemente gozoso pasar de sentir su raja inundada y al rato sentir su estrecho y apretado conductoposterior: yo estaba como loco, atado, tirando baba de desespero, tratando de morderle con furia sus tetas enormes y bamboleantes frente a mis ojos:

- …¡AAAAhhh,…. AHHHHH,…. Así mi “pelotero” precioso!!!! –jadeaba Pamelita, alias “Bibi, la amiga de todos”, clavándose mi verga en sus dos agujeros-, ¡hazme gritar: haz gritar a esta putaaaaaaa enfermeraaa!!!!,…. ¡aaaaaahhhhhh!!!!,…

Apenas sintió que yo le iba a descargar mi lechada, Pame se sacó mi verga de su conchita: sedienta, tomó mi pieza con su mano y se bañó la boca, cara y tetas con mi semen caliente. En eso estábamos cuando se abrió la puerta de nuevo: una enfermera vieja y pintarrajeada entró y nos pescó en esos trances. La vieja comenzó a dar de alaridos, completamente escandalizada.

- …¡Hay, por qué tanto escándaloooo!!! –le soltó a boca de jarra Pamelita, mientras caminaba hacia la puerta, yéndose, hablando mientras se abotonaba el uniforme con una mano y con la otra, se recogía el semen del rostro y lo chupaba de sus dedos-,… si tú querías también una buena mamada, ve donde el Director del hospital: ya se la chupé también pero creo que todavía tiene “los porongos llenos”,…

Ya dado de alta ese día, y en el hotel de nuestra concentración, caía la noche y estaba acostado de nuevo en la cama (y con un chichón en la cabeza más grande que Maradona,…), tratando de dormir en vano: en las otras habitaciones, el resto del equipo celebraba la reciente victoria. Yo por mi parte tomaba mis antibióticos y renegaba de mi mala suerte: no podía tomarme ni un trago (cosa que el resto del equipo hacía, para variar,…) Pamelita me había dejado satisfecho en el hospital, y yo no dejaba de pensar en qué nos ocurriría a partir de ese instante, ya que esta loca aventura tenía trazas de que iba a durar,… y la verdad era que la idea de tener mis propias fanáticas y de disfrutarlas a mi antojo –y con la venia de mi novia-, me interesaba sobremanera, así como también el seguir viviendo esa vida de regalo que estaba disfrutando (buena paga por solo jugar, comodidades, etc) En eso y muchas otras cosas estaba yo pensando, cuando, de pronto, un ruidito muy conocido por mí captó mi atención:

- …..¡Mmmm!,… ¡MMMMh!!!,…. ¡ahhhhh!,…. ¡AHHHHHH!!!,…

¡Eran jadeos y gemidos de una hembra gozosa, a la cual le estaban dando con todo!!,… y provenían de la habitación de al lado: ¡LA HABITACIÓN DE FRANCISCO!!!

Para ese instante, el ver que al mocoso de mierda ese teniendo de “adorno permamente” en el cuello a mi novia me tenía encendido de los celos hacía ya rato, así que no tardé en prestar más atención; ¡ERAN LOS GEMIDOS DE PAME, DE “MI” PAME!!!! Sin importarme mi condición, y decidido a hacer un “futbolicidio”, salí en calzoncillos como una tromba de mi dormitorio: abrí la puerta del “crackcito” ese de una patada,…. Y la verdad lo que vi, me dejo lelo:

- …¡Ayyyyy,….AHHHHH,….AYYYYYY,… ASIIIIÍ “JOSÉEEEE”,,… ASIIIÍ “BURROOOOOO”!!!,… ¡DAME DUROOOO: RÓMPEME EL CULOOOO!!!!,…. ¡AHHHHHH!!!!,…

¡”La” que gritaba como una descosida, no era Pame: ERA FRANCISCO!!! (o “Francesca”, como supe al rato); ¡MI NOVIA SE ESTABA CLAVANDO EN LA CAMA A NUESTRO DELANTERO!!!

Calzando su infame “Killer” (su vergota negra en arnés), mi noviecita se hallaba vistiendo botines de fútbol, medias, canilleras y mi camiseta del equipo (que atrás llevaba estampado mi número y el “SÁNCHEZ” de mi supuesta personalidad), y con toda confianza, estaba de rodillas tras “Francesca”, quién bien maquillada y luciendo una peluca pelirroja, vestía un monísimo vestidito corto de animadora, zapatillas rosadas y mediecitas cubanas,... y le entregaba dichoso, su culito delgado y apretado, el cual se dilataba escandalosamente –dolorosamente supongo-, con cada penetrada. Sin detenerse en el salvaje mete-saca, Pamelita, toda sudorosa, volteó a verme y me dijo sonriente:

- ¡Holaaaaaaaaa!,….amorcitoooo,… esta “putita” se merecía un premio por su esfuerzo y no podía defraudarla,… -exclamó en medio de los gemidos de placer de “Fran”, y demostrándome que gozaba dándole de alma-,… ¿no te molesta, verdad amorcitooo?,… - …. Ehhhh,…. Esteee,… no, nop,… para nada,… -, dije yo, sin poder dejar de ver cómo le abría las nalgas con la vergota esa de 18 cmts. (para mis adentros pensé, “¡qué diablos, mejor que se la meta ella a él y no al revés!”) - ….Yyyyy,… ¿no se te antoja?,… -, me replicó Pame, sacándoselo del ano, sosteniendo el dildo con la mano y enseñándome su orificio bien abierto, rojizo y palpitante.

Mi negativa fue prácticamente inmediata: ya si se refería a “Killer” o a “Francesca”, definitivamente ambos estaban muy lejos de mis gustos. Con Un “como quieraaaaas” todo cantarín, Pame siguió machacándole el culito, haciendo crujir sus caderas con fuerza.

Cerré la puerta y me quedé un buen rato mirándolos: de espalditas, “Francesca”, vestida así, con sus tetitas falsas bajo el pulóver, gimiendo como una chiquilla y con su ano dilatado al máximo, se veía más que excitante, y al mismo tiempo, el sabroso culo de mi novia, alzado y tenso por atrás por las correas de cuero del dildo,… se veía más grande y alzado,… y dejándome ver desde atrás su entreabierta y mojadísima concha que parecía entreabirse ante mí a ratos, como una boquita que me llamaba. Tras decir yo un “¡qué diablos!”, me bajé los calzoncillos y de un solo envión, se la clavé con todo a mi novia: casi de inmediato, los gritos de placer de mi Pamelita se aunaron a los de “Francesca”,… su nuevo “juguetito” y personaje de esta loca y salvaje aventura,…

(CONTINUARÁ,…)

Teen-XII


Sexo y humor- XXX


Desnudos femeninos mejoran inteligencia masculina: estudio



De acuerdo con un estudio realizado en Finlandia, observar a mujeres desnudas mejora la capacidad de reacción en los hombres, que mirarlas en bikini o ropa. 

Esa investigación, a la que tuvo acceso Excélsior, fue dirigida por Jari K. Hietanen, del laboratorio de procesamiento de información humana de la Universidad de Tampere, en ese país y consistió en presentar a grupos de hombres y mujeres, imágenes de ambos géneros desnudos y con ropa cortándoles las caras para medir la velocidad de reconocimiento. 

Los investigadores concluyeron en su publicación, titulada La verdad desnuda: La respuesta N170 a la sensibilidad del cuerpo y el rostro es aumentada por cuerpos desnudos, que la desnudez de cuerpos humanos es detectada con rapidez durante el proceso visual y que la onda cerebral occitotemporal denominada N170 responde más rápidamente ante cuerpos desnudos que frente a rostros. 

La onda cerebral N170 es una reacción que presentan los seres humanos para el reconocimiento de personas y que se activa cuando se observan rostros o cuerpos. 

El estudio también reveló que el aspecto de personas sin ropa eran sexualmente más excitantes que otra clase de imágenes. 

En tanto, las respuestas del cerebro masculino fueron más concluyentes ante los desnudos femeninos que ante los desnudos masculinos y las respuesta de las mujeres a la desnudez no se vio afectada por el sexo de los cuerpos. Los investigadores explicaron en el informe que sus descubrimientos revelan que el cerebro agranda la capacidad del procesamiento de las señales sexualmente excitantes que se convierten en auxiliar en el momento de elegir a las parejas para el apareamiento. 

Fueron registradas las respuestas visuales de la actividad eléctrica del cerebro, lo que permitió a los investigadores estudiar las primeras fases de procesamiento de la información visual. 

"Concluimos que el cerebro humano está sintonizado para detectar señales sexuales de los cuerpos humanos con rapidez, y que este proceso de categorización se refleja en el componente N170 ERP, sensible a las caras y los cuerpos", apunta la investigación. 

Agrega que "esta vía de percepción para el procesamiento de las señales sexuales ayuda a la activación del comportamiento sexual y asegura el apareamiento y la reproducción". 

(FUENTE: vanguardia.com.mx)

28 nov 2011

Chicas hot- XIV


Arte BDSM (5)


Prevén sexo “electrónico” para 2030



El futurólogo británico Ian Pearson cree que para el año 2030 la gente no tendrá que tener relaciones sexuales, señala un informe publicado en el periódico ruso Pravda, según el cual experimentar un orgasmo y otras sensaciones agradables que se producen durante las relaciones sexuales podría ser posible gracias a microchips implantados en la piel. 

De acuerdo con el artículo, los microchips registrarían las señales del sistema nervioso central recibidas mientras se tienen relaciones sexuales. Esto permitiría reproducirlas nuevamente en cualquier momento y cuando sea necesario. 

Ian Pearon, afirma Pravda, está seguro de que estos sensores estarán disponibles para todos en el futuro cercano. Los sensores serán lo suficientemente sofisticados como para detectar la variedad de estímulos que generan ciertas experiencias sensoriales. Posteriormente, los sensores estimularían el sistema nervioso para crear la ilusión de calor, presión y movimiento, por ejemplo. 

Si alguien quiere experimentar todos los placeres del sexo, pero no tiene una pareja para ese momento particular, podría recurrir a una sala especial para experimentar esta versión “electrónica” de sexo. 

El científico británico vaticina que, tan pronto como la tecnología se convierte en realidad, se convertirá en un proyecto de éxito comercial. La tecnología sería muy demandada por las empresas que venden sexo por teléfono e Internet. Y además, incluso sería posible ofrecer los sentimientos sexuales de las celebridades. 

(FUENTE: spanish.peopledaily.com.cn)

25 nov 2011

Fantasías sexuales promueven el equilibrio psíquico



En este tipo de sueños la imaginación se dispara y prepara situaciones más o menos reales que, habitualmente, la persona no se atrevería a hacer. 

Durante mucho tiempo las fantasías eróticas fueron consideradas como algo vergonzoso, de lo que no se hablaba. El goce sexual estaba negado, por no decir clausurado, para la mitad de la humanidad.

Afortunadamente, hoy en día las mujeres asumen mucho mejor sus fantasías sexuales. Para muchos especialistas éstas participan en el equilibrio psíquico de la mujer, alimentan el deseo, intensifican el placer y son el vector de una sexualidad más abierta y desarrollada. 

Cuando la capacidad para fantasear de las mujeres se incrementa, sus sensaciones eróticas son mayores y mejores sus orgasmos. De hecho, un número de mujeres similar al de hombres (71%) fantasean durante el coito. 

Durante las fantasías, la imaginación se dispara y prepara situaciones más o menos reales que, habitualmente, la persona no se atrevería a hacer. Es ese componente ficticio e irreal lo que hace atractivo algo que en la práctica puede no serlo para el sujeto. 

Las fantasías eróticas durante la relación sexual suelen ser más esporádicas que las acontecidas durante las ensoñaciones diurnas (soñar despiertas) o durante la masturbación, debido a que se trata de un momento en el que la mujer se encuentra a solas. 

En las ensoñaciones diurnas se desarrollan las fantasías más elaboradas, con mayor número de elementos ambientales, lugares exóticos y enredos con algún argumento por simple que parezca. 

Los acontecimientos de días pasados, los deseos largamente reprimidos, las situaciones temidas o irrealizables, son la principal fuente de inspiración para la elaboración de estas fantasías, donde la pareja o algún desconocido son los protagonistas. 

(FUENTE: peru.com)

23 nov 2011

Mirar senos le podría alargar la vida al hombre


Mirar los senos de una mujer pueden darle una vida más larga a los hombres, según un estudio alemán publicado en la revista New England Journal of Medicine.

"Basta con diez minutos al día para notar este efecto", señaló la doctora Karen Weatherby, autor del informe.

Dicha investigación fue realizada en tres hospitales de Frankfurt, Alemania, y monitorizó durante cinco años la salud de 200 hombres. La mitad de ellos observó los pechos de una mujer a diario, mientras que la otra mitad de abstuvo de hacerlo. 

Fue así como a los cinco años, los hombres que mantuvieron entre sus hábitos diarios el mirar los pechos de alguna mujer durante unos diez minutos presentaban una mejor presión arterial y menos riesgo de sufrir enfermedades coronarias. 

Por su parte, el equipo de expertos alemanes compara esta actividad con la práctica de 30 minutos diarios de ejercicio en el gimnasio. 

(FUENTE: generacion.com)

22 nov 2011

Te quiero Andrea



Un relato de: Krakkenhere.

Todo comenzó con el olor de tu pelo; ¿recuerdas, cuando de niñas, dormíamos juntas, cuando tus padres dejaban que te quedaras en mi casa?,… una fría madrugada, cuando las dos teníamos quince, desperté necesitando calor: recuerdo que era invierno. Tú estabas acostada conmigo, dándome la espalda; dormías plácidamente. Tú, mi dulce Andrea, vestías solo con mi camisa de pijama (te encantaba que compartiéramos mi ropa), con tus piernas sedosas, tibias, desnudas y recogidas; yo solo llevaba encima el pantalón del mismo pijama. En silencio, me deslicé bajo las cobijas, acercándome a tu cuerpo caliente y en reposo. Mi piel que se erizada por el frío nocturno deseaba tu calidez. Al abrazarte desde atrás, tu ondulada y larga melena azabache entró en contacto directo con mi nariz: ¡jamás olvidaré ese aroma!!!,… se me hacía a un olor a coco,… a paz,… no sé,… al único lugar en el mundo en que me sentía segura y completamente feliz,… cuando instintivamente te abracé, apenas gruñiste, y continuaste durmiendo: yo mientras tanto, sobaba mis mejillas contra tu cabellera, extasiada, disfrutando con la (para mí), más increíble de las delicias: el contacto de tu pelo de seda con mi rostro, mientras acercaba mi piernas y las entrelazaba,… y las sobaba contra las tuyas, sintiendo su tibieza, sobresaltándome y disfrutando con la calidez de tu culito respingón, que rozaba contra mi vientre, mientras te daba el abrazo más tierno del mundo: aún hoy recreo en mi mente, aquella noche divina, que siempre tendré presente,…

- …Te quiero, Andrea,... -, te susurré con ternura, a pesar de que no me escuchabas.

Ya nada fue igual; eras una impúdica: me turbaba y a la vez me extasiaba verte desnudarte frente a mí, posando ante el espejo de mi ropero, mostrándome tus formas que poco a poco se te iban ya desarrollando; tu piel suave y virgen, tus pechitos redondos de pezones rosados, tus caderas cada vez más grandes, tu culito, tu rajita apenas visible, su vellito, ese delicioso y diminuto triangulito,… mmm,… disfrutaba como loca prestándote mi ropa, viéndote y solo para mí, ¡desnudándote antes mis ojos y viéndote vestirte una y otra vez!,… y era por que sabía lo que vendría después: “¡eres una morbosa mirona!”, me gritabas sonriente y te me tirabas encima, ¡las veces que sentí mi entrepierna mojarse sin remedio, al sentir tu cuerpo desnudo, tus pechos contra mi cara, cayendo pesadamente sobre mí, para luego revolcarnos en la cama, muertas de la risa, hasta rodar al piso!,… ahí aprendí que no era el olor de tu pelo el que me enloquecía: era el olor de tu piel, el olor a ti,…

- …Te quiero, Priscilla,… -, me decías, para luego tocar con ternura inocente tus labios con los míos.
- …Te quiero, Andrea,…

Al pasar de los meses, comenzamos a salir a fiestas y a reuniones; nuestros padres como siempre, sólo nos dejaban ir si íbamos juntas a todos lados: confiaban en mí, puesto que tú, mi preciosa Andrea, eras una eterna inocente. Nunca te fijaste en las miradas lascivas que te seguían a todas partes; yo más bien, te cuidaba como una leona, mi adorada Andreita,… como una leona enamorada. ¿Recuerdas aquella noche, en que por desairar a unos tipos, me cogiste el rostro y me besaste?,… fue la primera vez en mi vida en que sentí una cálida, húmeda y embriagadora lengua recorriendo todos los recovecos de mi boca,… y fue la tuya; ¡diablos, Andrea!,… para tí era una atrevida travesura,… pero para mí fue la perdición: cual si hubieses leídos los secretos más profundos de mi mente,… te me adelantaste. Tus labios carnositos me comían la boca, como si hubiesen sido creados para eso; yo por mi parte, perdí la respiración, traté de zafarme de sus labios,… temía que todo mundo se diese cuenta,… pero no lo pude evitar: tomé sin pensar tu rostro de porcelana, tus mejillas deliciosas, y las acaricié, mientras metí mi lengua en tu boca, bebiendo tu salivita como si la necesitase para vivir,… tras casi un minuto, separaste tus labios de los míos y sonriendo como la beba divina que eras, me tomaste de la mano para ir a la pista a bailar, como cualquier cosa. No te dabas cuenta de nada,… o tal vez si,… yo no lo sabía, y eso me turbaba aún más.

Al llegar tus dulces 16 –y los míos también-, tus padres hicieron una gran fiesta en tu casa: a mí me importaba poco todo eso; mi interés era otra vez volver a compartir la cama contigo. No me importaba la música, bailar ni nada de esas cosas: quería más bien que la fiesta acabara ya,… pero cuando te “presentaron en sociedad”, simplemente perdí el aliento: ¡parecías una princesa!,… de sólo verte, la piernas me temblaron, a la vez que sentía que mis braguitas se humedecían de golpe bajo el vestido; ahora ya mayor, miro las fotos y se me agita el corazón al verte taaan hermosa,… pero esa noche, Andrea, mi amor, comencé a morirme de celos: comencé a sentir celos de todo el mudo, y apenas menguaron cuando, con el resto de las chicas del colegio, nos reunimos en el centro del salón, y saltando alegremente, bailando en grupo, chispeadas por el ponche, tú y yo nos pegamos juntitas, y nuevamente sentí el aroma de tu piel, mi dulce Andreita,…

Aquella noche no pude dormir en tu cama: “… ya están mayorcitas para esas cosas,…” dijo tu mamá, y me llevó al dormitorio de visitas. Tú estabas borrachas como nunca, y caíste como piedra; yo mientras tanto, daba vueltas por la habitación, loca de cólera, pensando en como llegar hasta donde estabas tú. No sé por qué, abrí el closet: ahí estaba,… tu vestido de dulces dieciséis. Tu madre quiso guardarlo como un recuerdo de tu tierna inocencia. Chispeada como estaba, comencé a comportarme como un robot: saqué tu vestido de su funda de plástico, y cual si fuese tu propio cuerpo, lo deposité con dulzura sobre la cama: aún estaba tibio y retenía tu delicioso olor. Mirándolo fijamente, como si fueras tú, comencé a desvestirme: mi vestido cayó al suelo, seguido por mis bragas y mi formador que cubría mis senos incipientes,… mi entrepierna ardía como jamás lo había sentido, mientras alcé la falda del vestido y cerrando los ojos, acerqué mi nariz para respirar tu aroma, impregnado en la seda,…mmm,… por instinto, comencé a acariciarme mis pechos, mientras respiraba por la nariz, tratando de introducir en mis pulmones, cada molécula de tu aroma, de tu esencia,…mmmm,… mi bajo vientre empezó a encenderse cuando comencé a acercarme al filo de la cama, mientras frotaba mis entrepiernas una con otra, sintiendo como la humedad de mi ser acrecentaba, mientras una oleada de calor intenso, comenzaba a recorrer mis caderas, mi espalda, mi cuello, hasta casi dejarme sin aire, al llegar a mi cabeza, embotándome junto con la imagen de tu cuerpo desnudo; sollozando me dejé caer sobre tu vestido, rodando, respirando agitadísima, sintiendo cómo mi rajita se inundaba sin control, mientras mi mano nerviosa tocaba mis labios vaginales,… cada vez más y maaaaás adentrooooo!!!,… ¡ohhhhh!!!,… ¡¡mmmgohhhhh!!!,… ¡apretaba los dientes, tratando de que nadie mis gemidos, masturbándome sobre tu vestido, desnudaaaa!!!,… ¡ahhhh, Andreaaaaaa!!!!,…

Medio borracha, medio embrutecida por el gozo, me revolqué por horas sobre tu vestido, mi Andrea, desnuda en la oscuridad, y así me quedé dormida; nunca supe si a la mañana siguiente, tu madre o alguien más me encontró así, mojada a más no poder.

Pasaron unos meses y, antes de iniciar de nuevo las clases, me enteré que tu madre te cambiaba de colegio, a un internado, para mejorar tu inglés: toda tu familia había estudiado en Inglaterra, era normal en ustedes, pero esa noticia me arrancó las ilusiones. Solo podría verte muy esporádicamente, y ya no con la frecuencia e intimidad que antes; aún disfrutaba de tu risa, de tus ojos, de tus labios, pero ya no como antes,… ya no como yo lo deseaba. Terminó el colegio, partiste a Europa y nuestros contactos se fueron espaciando,… hasta que finalmente volviste,… yo nunca te olvidé, Andrea: pasaron miles de cosas, conocí muchas chicas,… pero tu recuerdo y mi amor por ti perduraron, a prueba de todo.

Cuando supe que llegabas, fue una semana terrible para mí; pasé de golpe de una loca felicidad a la peor de mis desdichas: casi enloquecí de gusto al saber que, tras casi 4 años, podría ver ante mis ojos el portento de mujer en que te habías convertido,…y en un instante, casi sufrí un ataque, al saber el motivo de tu regreso,… ¡volvías para casarte, y partir de nuevo!!!,… quise que todo acabara, pero solo bastó ver tus ojos color miel y sentir tu eufórico y cariñoso abrazo, sentir nuevamente tu olorosa y deseada piel, para que yo quedase completamente indefensa; a cada ruego tuyo accedí gustosa, mi amada Andrea: haría lo que tú me pidieras, aún si eso me partiese el alma.

Fue así que esa noche, preparamos tu despedida de soltera: todas las chicas estábamos reunidas ahí, compañeras de colegio una vez más, en mi departamento: tras abrir regalos y jugar juegos y todas esas tonterías de una despedida -y que a mí me importaban un comino-, el erotismo contenido en el pesado ambiente me hizo decidirme; esa noche debía hacer yo algo. Fue así que, en medio de risas y licor por todas partes, muy avanzada la madrugada, y viendo sin contenerme, tu cuerpo ya no de niña, sino de hermosa y turbadora mujer, me descontrolé: borracha, no tuve ningún miramiento; sin ningún pudor, me puse de pie en medio de la sala de tu departamento, y frente a todas nuestras amigas, hice el más lascivo y obsceno streaptease de mi vida,… solo para ti. Mi concha se mojaba como nunca en mi vida, viéndote reír a carcajadas por mi atrevida ocurrencia. No paré hasta estar frente a ti, completamente desnuda, bailándote, mostrándote mi cuerpo, sin pensar en el escándalo, abierta de piernas, fingiendo que una tranca me atravesaba la entrepierna, y yo montando la invisible cosa esa sólo para ti, mostrándome como una salvaje y desmadrada zorra, gimiendo a gritos, mientras el resto de las chicas gritaban a rabiar la mayoría, así como otras se escandalizaban de mi impudicia,… mientras que tú, mi Andrea, no parabas de reír con esa tu sonrisa bella, divina, cual cascada de arroyo puro.

Nunca fui de buen beber, pero esa noche, a punta de pura voluntad, fuí embriagando hasta casi el desmayo a todas nuestras amigas,… y a ti también. Una a una las despaché a sus casas, soltando repetidas veces esa falsa y cochina mentira: “…la novia tiene que descansar,…”. Una vez que se había ido la última, estuvimos por fin solas, mi Andrea; como siempre fue, como siempre debió ser,… nos dirigimos abrazadas a mi dormitorio, casi cayéndonos de borrachas. Al atravesar la puerta, tú te apoyaste en el umbral, viendo la cama que nos esperaba, mientras que casi se te cerraban los ojos por completo: en ese momento me decidí al todo o nada; me aproveché de tu tremenda borrachera, lo admito, y no me arrepiento.

-…Quítate la ropa -, casi te ordené, sedienta de tu carne.

Sin decirme nada, trataste de mantenerte en pie, mientras te ibas desnudando: primero fué tu pulóver ajustado el que te quitaste, mostrándome tus ahora inmensos pechos, de pezones grandes y erectos; luego te bajaste el pantalón, dejándome ver tu culo grande, alzado, blanquísimo, apetecible, y apenas cubierto por una tanguita negra: tuve que controlarme, todo mi cuerpo temblaba, mientras te recostabas boca abajo sobre la cama, mientras yo terminaba de quitarte casi a zarpazos el pantalón y los zapatos,… ¡te habías convertido en una mujer hermosísima, mi Andrea!,…¡todo mi cuerpo sudaba, al verte acomodarte sobre la cama, recogiendo una pierna, permitiéndome ver por fin tu coño rosado, tu mata de vello abundante!,..
Jadeando desesperada, me fuí desnudando como una loca, dispuesta más que nunca, a gozar de tu cuerpo, ahora ya sin control alguno. En silencio, y con el único ruido de fondo que nos daba tu suave respiración, acerqué mi rostro a tus piernas semiabiertas: cerré los ojos y me transporté en un segundo a un universo de paz, gozo y dicha, con una sola aspiración, llenando mis pulmones de mi peor droga: el aroma de tu piel,... no te tocaba, no te acariciaba, sólo te olía y era dichosamente feliz.

El calor de tu cuerpo desnudo me atrajo hacia ti, poderosamente, como si de un imán se tratase; acerqué mi mejilla a una de tus nalgas, sedosas como duraznos, volví a entrecerrar los ojos y la besé; apenas lo sentiste, pero soltaste un suspiro que yo consideré como que tú también habías ingresado conmigo, al universo de paz; dichosa comencé a frotar mi rostro contra tu culo, mientras sentía que mi rostro se humedecía de golpe, ¿qué es esto?,… ¡son lágrimas de felicidad!,… ¡siiií, de felicidad!!!,… nunca me había pasado y nunca más me ocurrió, el sentirme tan feliz, en un instante.

Mi concha estaba inundada por ti, mi Andrea y de pocos y tímidos besos en tus nalgas, comencé a darte sendos y prolongados lenguetazos por tus piernas, pantorrillas, glúteos,… sin importarme que ya comenzabas a gemir quedo, aún dormida, y mientras veía como tu rajita se iba mojando: primero unas gotitas perlando tu vellosidad, luego, una brillante humedad recorriendo toda tu entrepierna. Tus ojos seguían cerrados, mientras mi lengua y mi boca comenzaban a recorrer tu pubis, tu ombligo, tu cintura de diosa, cuando tú, como siguiendo mentalmente mis órdenes, te volteaste, permitiéndome por fin estrecharme contra tu cuerpo. Al llegar mi boca hasta tus enormes pezones y posesionarme de ellos, succionándolos con desesperación, tampoco abriste los ojos: abriste tu boca deliciosa y soltaste un gemido de placer que me supo a gloria!; después de eso, fué la locura: media dormida, tendiste tus brazos hacia mí, abrazándome con ternura: con todo tu cuerpo, me envolviste, ¡tuve un orgasmo, al solo sentir tu rodilla frotando mi concha!,… ebrias las dos, calientes, nos fuimos frotando cada vez más, mojando nuestras conchas de una manera sublime, y sin parar de besarnos,… como siempre quise que así fuera, como siempre debió ser. Nunca sabré si estabas completamente ebria o si sabías lo que hacías, Andrea, pero la dulce inocencia, con la que te entregaste así a mí, me hizo tener los más intensos espasmos y orgasmos de placer que jamás pude imaginar,…. ¡Ohhhhh!!!!,… ¡Mmmmm!!!!,…. ¡Aaaaaahh!!,..

Ya envuelta yo a ti, cual segunda piel, y viendo tu rostro, el más bellos del mundo, iluminándose al igual que tu cuerpo divino y completamente mojado de mí, por las primeras luces del nuevo día, te miré con esa mirada que es un beso eterno:

- ...Te quiero, Andrea,… -, susurré, acariciando tu mejilla con la mía. 
- … Mmmm,… te,… quiero,… Priscilla,… mmm,… -, me respondiste, media dormida.

Ya casi mediodía, apenas pude verte ya de pie, vistiéndote junto a la cama, en silencio, sin mirarme al rostro, para luego ver cómo salías apresurada de mi depa. Me volví a dormir,… pero horas después, al despertar de nuevo, me atacó la angustia, de pensar en que había hecho una tontería. El día de tu boda, simplemente desaparecí: me fui a vagar por provincias, a ningún lado, a cualquier parte. Cuando regresé a la ciudad, ya habías partido y pensé que todo había acabado, pero me equivoqué: apenas me enseñaron una fotografía tuya, enfundada en sedas y tules de un blanco purísimo, simplemente enloquecí; ¡te veías tan bella!!!,… no me pude contener: quería que verte de nuevo.

No entendía yo tu proceder: apenas pisaste Europa, comenzaste a volverte una trotamundos; una semana me escribías un correo desde Venecia, y a los dos días estabas en Budapest, Viena o Colonia,… sólo podía verte en las fotos que me mandabas, desde hermosos sitios que hubieses querido compartir contigo, y tú, Andrea, contándome vanalidades que a mí no me importaban,… sufría, ¡sí sufría!, al no ver en tus E-Mails, ni una palabra acerca de nosotras. Tras casi tres semanas, finalmente pudimos chatear: ¡te veías tan hermosa por la webcam, enfundada en ese abrigo de piel, y con esa gorrita que aprisionaba tu cabello azabache, protegiéndote del frío de la noche moscovita!,… volvías a ser la misma Andrea de siempre; natural, inocente, preguntándome de todo y de todos. No accedí a prender mi cam por que,… no quería que me vieras como estaba: desnuda frente a la Pc, viéndote extasiada y masturbándome hasta irritarme, viendo tu rostro, tus ojos miel, tu sonrisa de ángel. Cuando me dijiste, antes de despedirnos, que habías decidido, que tu nueva vida la deseabas pasar recorriendo y conociendo cada rincón de ese enorme continente, yo ya había tomado una decisión: iría a buscarte.

Tras vender mis pocas posesiones, y despidiéndome de todos para siempre, comencé el enorme periplo para ubicarte: no te dije nada, mi amada Andrea; quería que fuese una sorpresa. Pasadas semanas y casi ya sin medios, pensé por un instante en desistir, ya que me eras cada vez más esquiva: un día llegaba a Lisboa y tú te habías ido horas antes; tantas veces sucedió eso que, simplemente sentí que me eras esquiva, que tal vez te habías enterado de mis planes,… pero que no querías verme ya. Fue así que, derramando lágrimas de dolor, me detuve hoy en una calle del centro de Sevilla, y rogué al cielo, por una señal, ¡lo que sea!, que me señalase qué debía hacer,… en ese momento, miré el escaparate frente a mí y quedé petrificada,…
¡Estaba ahí, frente a mí, como viéndome!!!,… era un vestido de novia; ¡era TÚ vestido de novia!!!; no podía equivocarme: la misma seda pesada que envolvió tus dulces carnes, el mismo modelo que te permitió exhibir tu divina espalda, la cascada de tu melena negra y ondulada derramada sobre ella, el mismo velo, los mismos guantes largos: es era una señal de que te encontraría finalmente, y ese mismo día,… en mi cartera tenía dinero suficiente; o regresaba casa, o…. no lo pensé dos veces; limpiándome las lágrimas, entré a la tienda.

He pasado toda la noche encerrada en este cuarto de hotel: recordándote, rememorando todos estos años, mi Andrea,… revolcándome desnuda, sobre la seda de tu vestido de novia, oliéndolo, impregnando mi cuerpo ardiente y húmedo, con mi aroma, y esperando fundirlo con tu aroma divino; ardo ya en deseos de impregnar cada poro de propia piel, con tu esencia, la única esencia de mujer que me enloquece y me hace sentir viva. Ahora, al llegar la medianoche, finalmente te espero, impaciente, temblando de deseo, vestida con un baby-doll negro de encaje, sentada sobre la cama, esperando que salgas ya del baño, y que dé comienzo, por fin, una noche de infinito placer,… te amo, Andrea.

Se abre finalmente la puerta del baño: vestida de seda perfecta, enfundando su cuerpo de muñeca, calzando esos divinos zapatos blancos de tacón alto, con sus piernas de diosa enfundadas en medias también blancas, con su rostro sonriente, apenas cubierto por el velo, está frente a mí ella, dispuesta a cumplir mi fantasía,… a pesar de la distancia que nos separa en ese momento, ya siento en mi rostro, el olor de la piel de Andrea, mi amor.

- ….Estás preciosa, mi amor,… -, le dije con ternura. 
- …Gracias, corazón… - me dice sonriente, mientras se asienta el vestido: ni siquiera recuerdo su nombre-,… ¿y cómo dices que se llama tu prima?,… -, me pregunta. 
-…Andrea,…se llama Andrea,…

Recordando a Sara Palin


Un desnudo de Zuloaga, récord en una subasta en Londres


Un desnudo de Ignacio Zuloaga fue vendido hoy en Londres por 713.250 libras (829.368 euros), un precio récord para una obra del artista español, durante una subasta donde no encontraron comprador las obras de Sorolla. 

"Madame Souty reclinada en un sofá", un retrato de la modelo favorita de Zuloaga en su estudio de París, fue pintado en 1921 y pertenecía a la colección privada del autor, por lo que la subasta de hoy en Sotheby's suponía la primera vez que salía a la venta. 

Según la casa de subastas, la obra alude directamente a "La maja desnuda" de Goya, artista por el que Zuloaga sentía gran admiración. 

El récord anterior de obra de Zuloaga había sido establecido en Sotheby's Nueva York en 1995, cuando la obra "Corrida de toros en Eibar" fue vendida por 763.000 euros. 

Además del desnudo del artista vasco, Sotheby's subastó hoy en Londres, dentro de una sesión dedicada a pintura europea del siglo XIX y principios del XX, tres obras de Joaquín Sorolla, que a pesar de las grandes expectativas no encontraron comprador. 

Es el caso de la pintura de 1908 "Niños en el mar. Playa de Valencia", que, a pesar de tener una estimación de tres millones de libras (unos 3,5 millones de euros), al final no consiguió ser vendida. 

Lo mismo les ocurrió a las obras "Vista del embarcadero del parque" y "Bacanta", con una estimación de 50.000 y 45.000 libras (58.000 y 52.000 euros), respectivamente. 

(FUENTE: EFE)

Hentai-XVII


Internautas partidarios de Ai Weiwei posan desnudos para apoyar al artista chino



Partidarios del artista chino Ai Weiwei, sometido a una investigación por "pornografía", decidieron manifestar su solidaridad con el célebre disidente posando desnudos en Internet. 

Este artista polifacético, quien sigue siendo hostigado por las autoridades chinas, había anunciado el viernes pasado que era objeto de una investigación por presunta "pornografía" debido a viejas fotos en las cuales está desnudo y rodeado de cuatro mujeres que también están desvestidas. 

En un blog titulado 'Escucha, Gobierno chino: la desnudez no es pornografía', decenas de sus admiradores colgaron fotografías donde posan tal como vinieron al mundo. Algunos se limitaron a publicar primeros planos de una parte de su anatomía. 

Uno de los internautas se exhibe en la postura de la estatua del Pensador de Auguste Rodin y otro imita a la escultura del David de Michelangelo Buonarrotti. Algunos colocaron en lugar de una hoja de viña una fotografía de Ai Weiwei, o gracias a un fotomontaje posaron desnudos en lugares célebres de Pekín como la Plaza Tiananmen. Este blog puede ser consultado en la dirección:  http://awfannude.blogspot.com/view/flipcard. 

Por su parte, Ai Weiwei consideró "ridículas" las nuevas acusaciones en su contra. "Nuestra nación está sumamente corrompida, con tanto sexo, pero ellos afirman que fotos de desnudos en internet son pornografía", protestó en una declaración telefónica a la AFP. 

En las fotografías por las cuales es acusado, tomadas hace menos de dos años, el artista barbudo está sentado, desnudo, rodeado de cuatro mujeres que también están totalmente desvestidas. Las poses no son lascivas. El asistente del artista, acusado de haber tomado estas fotos, fue llevado el jueves pasado a la comisaría para ser interrogado. 

"Ellos le preguntaron por qué había tomado esas fotos, le dijeron claramente que había una investigación sobre mí por pornografía", afirmó luego a la AFP este pintor, escultor y artista plástico, quien se ha convertido en un símbolo de esos espíritus libres que se atreven a criticar públicamente al sistema comunista y al partido único en el poder en China. 

"Se trata de algo verdaderamente nuevo de lo cual yo no estaba enterado. Ellos hicieron esas acusaciones durante mi detención, pero yo creí que se trataba de una broma", agregó el artista, que estuvo detenido en un lugar secreto desde principios de abril hasta fines de junio. 

Desde comienzos de este mes, Ai Weiwei contó con un amplio movimiento de internautas y ciudadanos que organizaron una gran colecta para ayudarlo a enfrentar un enorme reajuste fiscal, destinado según él a "quebrarlo". Gracias a esta movilización de unos 30.000 chinos, la semana pasada pudo pagar la garantía necesaria para apelar a este reajuste de 15 millones de yuanes (1,7 millones de euros). 

Después continuó provocando polémicas al publicar en Twitter el número telefónico del jefe de la redacción de un diario oficial chino que se vio inundado de llamadas y mensajes de texto para protestar contra un artículo publicado sobre él por ese cotidiano. El Global Times reaccionó el martes en un editorial condenando el "comportamiento inmoral" de Ai Weiwei. 

Este artista polifacético, que participó en la concepción del célebre "Nido de pájaro" --el estadio de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008--, investigó entre otros temas sobre el derrumbe de escuelas durante el sismo de 2008 en la provincia de Sichuan, y sobre un incendio que causó decenas de víctimas en noviembre de 2010 en Shanghai.

(FUENTE: AFP)

21 nov 2011

Secretaria de día, puta de noche (5)



Un relato de: Krakkenhere.

“Si no salgo a las calles, no podría vivir,…”-, es lo que le dije aquella noche en que nos volvimos a ver, a Gilberto, el taxista que me “inició” como puta, y era completamente cierto; en eso pensaba yo, varios días después, cuando ya casi completamente repuesta de todas mis pasadas experiencias, comprendía que había yo traspasado “el punto sin retorno”: me habían violado, desgarrado vejado, golpeado,… había yo vendido mi cuerpo al mejor -y al peor-, postor y había disfrutado todo eso,… había disfrutado cada segundo de loco y enfermo placer. Si: yo era una puta, y no había ya forma de cambiarlo.

En eso pensaba, mientras me miraba en el espejo del baño de la oficina, maquillando, retocando mi apariencia “formal”. ¿Por qué, si sabía que prefería vivir en las calles, antros y hoteles, seguía yo con esta vida “diurna”, esta estúpida pantomima de ser una “chica bien”, para al llegar las noches, transformarme por completo en una zorra barata?, pues por que, parte de este placer mío -y solo mío-, es precisamente, vivir esa dualidad: para “el mundo” soy una: para “MI MUNDO”, soy quien yo considero que es, mi “verdadero yo”,… Podría dejar mi insípido trabajo de secretaria cuando quisiera (ya había comprobado que como puta puedo ganar más,…), pero casi nada igualaba al horroroso e infinitamente placentero temblor de deseo que me embargaba toda, cada vez que sentada frente a mi escritorio, veía caer el sol, anunciándome así la llegada de mi amiga, la noche, y con ella, las infinitas posibilidades de sexo salvaje, para luego reírme del mundo, al llegar el amanecer, y ocultarme entre los anónimos,… siendo una más, sí, pero disfrutando el adormecimiento que subía y bajaba en intensidad, recorriendo todo mi cuerpo, recordándome todas las experiencias vividas.

Ahora que Gilberto había reaparecido en mi vida, mi vida nocturna cambiaría radicalmente y yo lo sabía: “Sheyla” dejaría –momentáneamente-, las esquinas y los callejones, para convertirse en una suerte de “putita a encargo” a la cual mi fogoso y rudo taxista ofertaría entre sus conocidos y clientela, transportándome de un lado a otro de la ciudad. Así, a partir de ahora, cambiaría los escenarios sombríos y decadentes donde había sido yo “iniciada” en el puterío, por habitaciones de hotel, parques oscuros y departamentos de solitarios,…. Toda la gama de posibilidades –de escenarios, hombres y sus vergas-, me encendía,… pero algo dentro de mí me decía que algo andaba mal,…

Gilberto no era mi chulo en toda la extensión de la palabra: tenía el control de llevarme con los clientes que me consiguiese y le daba yo una jugosa parte de mis “ganancias”, y disfrutarme a su antojo, pero era por que para mí, él era más importante que un chulo; había sido él el primer hombre que, tras casi violarme con salvajismo, había “reventado” algo dentro de mi mente, y había con eso transformado a una tonta y enamoradiza secretaria en una hembra insaciable, una zorra que vivía casi solo para ser cogida como sea y por quien sea, y eso era muy importante para mí,… en realidad, ni siquiera esa primera vez, la considero yo como una violación,…

Pese a todo, yo no fui sincera con mi taxista vergón: le mantuve oculta mi doble vida; tras conseguir un celular del cual el número sólo él conocía, le dije que solo saldría con él de noche a “trabajar”, para Gilberto, eso le pareció bien, ya que así podía dedicarse a su taxi y a su familia –es casado y con tres hijos-; yo le dije que “necesitaba descansar de día”, y que además tenía un amante que me pagaba el depa, con lo que también evité que sepa dónde vivo yo. Prefería tener a “mi marido”, lejos de mi oficina y de mi casa,…

Fueron tres semanas en las que mantuvimos una rutina: tras enfundarme yo en vestidos apretados y escotados, con minifaldas y politos que más parecían fajitas, cubriendo mis pechos, cogía un abrigo largo e iba de mi depa a una esquina a encontrarme con él, tras recibir su llamada. Mi ropero ahora reventaba de escandalosas prendas, altísimas botas y una excelente colección de pelucas: había heredado (temporalmente), el ajuar de “Debbie”, mi amiga travesti (cuando la detuvieron, “le sembraron” droga: estaba en prisión,…¡me partía el alma al visitarla y ver destruída su imagen de “Diosa del Deseo”), por lo que ahora disfrutaba yo de aparentar ser más alta que mis clientes, y me daba el lujo de un día ser una coquetísima pelirroja, al día siguiente una morocha de melena hasta la cadera y después una despampanante rubia,… mmm,… mi rajita se mojaba de sólo ver los ojos lujuriosos de Gilberto, cada vez que me veía ir hacia su taxi estacionado, casi desfilando como en pasarela sólo para él, abriendo mi abrigo y mostrándole lo tremendamente puta que me vestía cada día. Tras subir y sentarme a su lado, mi taxista me besaba con desespero, casi arrancándome la cabeza con su manazo, para luego partir rumbo a la noche.

La mayoría de noches enfilábamos hacia un hotel: uno de sus clientes del día me esperaba ahí; caminar lentamente, haciendo sonar los tacos de mis botas, uno a la vez, con una pausa como para que todos me viesen, se volvió mi “sello” al presentarme en un hotel,… disfrutaba siendo vista, disfrutaba yo cada vez que una de mis piernas enfundadas con provocadoras botas y pantyes, se dejaba ver a través de mi abrigo al caminar; me estremecía deliciosamente, cada vez que había gente en el lobby, y “…puta,…”, “zorra”,… “¡qué rico culo!,…” ó “…diosa,…” se dejaban escuchar, tras contenidos suspiros de machos excitados. Tras preguntar por “la habitación x,?..”, y recibir el “pase” del recepcionista, gustaba de subir las escaleras lentamente, y ser abordada por algún hombre:

- …¿Cuánto?,…
- Eso arréglalo con “mi marido”,… -, le respondía yo, como soltando un suspiro después de un orgasmo, y señalando con la cabeza al taxi en la puerta, a Gilberto.

Tocaba la puerta casi estremeciéndome, esperando qué me deparaba el destino. Con la excitación que una siente de niña cuando va a abrir un regalo de navidad: altos o bajos, jóvenes o viejos, robustos o delgados, vendedores o viajeros solitarios,… uno o dos tipos a la vez, borrachos perdidos,… para todos tenía yo el calor de mis orificios: mi boca mi ano y mi concha de zorra, recibían gustosas todo tipo de vergas; grandes, chicas, duras, flácidas, de todas ellas recibía yo un placer intensísimo,… solo de ver cómo me miraban los clientes: como si yo fuese una combinación de la mujer más bella del mundo y a la vez cualquier cosa que compras con unos billetes. Tras media hora –o a veces menos-, y tras limpiarme, muy a mi pesar, de la lechada descargada sobre mi cuerpo, me vestía de nuevo, y disfrutaba intensamente la sensación poderosa que me daba el descender hacia el lobby y recorrerlo, sintiendo clavadas en mí las miradas de hombres y mujeres, que sabían perfectamente qué había estado yo haciendo, y a los cuales mi sonrisa de rímel medio corrido no se los negaba, sino que más bien se los aventaba yo como un desafío, como una cachetada,…

Tras entregarle la mitad de lo que yo recibía (¡él pensaba que yo lo hacía por que estaba enamorada!), partíamos a otro hotel o a un departamento. Tras dos o tres “trabajos”, Gilberto y yo enrumbábamos a un parque solitario; tras apagar las luces, yo me le entregaba: con fuerza animal me arrancaba la peluca y, casi convertida yo de pronto en Vivianita, la secretaria, me obligaba a mamarle su vergota gruesa y oscura,…. mmmm,… su sabor saladísimo me enloquecía, mientras me atragantaba con su pieza divina, y renegaba por no haber traído mis lentes,… sólo con él me dejaría coger, siendo “yo misma”. Su esperma era siempre abundante y me enloquecía casi terminar con la cara completamente manchada. Otras veces nos íbamos al asiento trasero y mi taxista me desnudaba, para disfrutar a continuación del agujero que no haya usado yo esa noche,… ¡disfrutaba yo casi rememorando nuestra “primera vez”!,… pero algo faltaba: no me sentía casi vejada, y si bien su líbido animal me encendía, no se comparaba con lo vivido por “Sheyla”, la puta ni esa primera y deliciosa noche,…

La mayoría de las veces se quitaba los pantalones y yo le chupaba la verga, para luego lamerle las bolas mientras Gilberto se masturbaba con desespero,… con él así aprendí a besarle y lamerle el ano: una noche tomó mi cabeza con fuerza y mientras le chupaba dulcemente las bolas, me obligó a descender aún más, mientras Gilberto se abría de piernas; su aroma acre me embriagó por completo y no paré hasta humedecer por completo su agujero mientras me metía los dedos en la concha hasta mojarme!!!. En esas ocasiones, debía yo regresar a casa: mi cabello terminaba completamente pegoteado por su lechada,… pero a pesar de todo lo que ocurría, me seguía sintiendo extraña; sospeché entonces que necesitaba más rudeza. Gilberto me trataba bien, demasiado bien,… y probablemente ése era el problema. Comencé a mentirle, a ocultarle el dinero que recibía, y eso lo descontrolaba: entonces me soltaba sendas bofetadas y se me iba encima hasta desnudarme en el taxi y sacarme todo el dinero que llevaba,… pero nada más,…

Fui al penal a contarle mis penas a “Debbie”; era jueves, día de visitas. Vestida como Vivianita, hice cola con las demás novias y esposas de los presos. A pesar de mis lentes, mi blusa inmaculada de mangas largas y mi falda cubriéndome hasta debajo de las rodillas, tuve que pasar por inspección: ¡mi cuerpo vibró sin control mientras las mujeres policías recorrían mi cuerpo con sus manos enguantadas!!,…¡me imaginaba que en algún lugar, un grupo de depravados policías me miraban medio desnuda, a través de una cámara de seguridad!!!!; me costó muchísimo contenerme: la puta que llevo dentro se excita con el más mínimo roce.

Al cruzar con las otras visitas por en medio de los pabellones, rumbo al patio del penal, mi corazón se aceleró de golpe: ¡desde las ventanas, decenas he brutos llenos de cicatrices, sudorosos, se aferraban a los barrotes y gritaban como energúmenos!!!; ¡decenas de voces se ensañaron conmigo!!!,… las expresiones más soeces me agitaron, me excitaron por completo. “¡Mamita: te quiero romper le culo hasta sacarte sangre!!!!,…”, me gritó un preso y casi me desmayé del gozo; ¡estaba yo descontrolada; ¡QUERÍA QUE HAYA UN MOTÍN, QUE ME VIOLEN POR DECENAS, CONVERTIRME EN ESE INSTANTE EN LA PERRA DE TODOS LOS PRESOS!!!”,…por un instante me detuve y casi estuve a punto de meterme a lo loco, a uno de los pabellones. Mi cabeza era un lío, y ya pensaba en pedirle a “Debbie” que me presente a algún violador que estuviese pronto a salir libre. Cuando llegué a la mesa en el patio donde me esperaba “mi amiga”: temblaba yo como una hoja y mis bragas ya estaban completamente mojadas.

- …¿Y por qué me preguntas eso, cariño?,… - me contestó “Debbie” tras contarle mi desazón, mientras ojeaba las revistas que le llevé-, tú sabes perfectamente por qué te pasa eso con tu macho: eres una puta y eso nunca va a cambiar,…

Tras dejarme con esa respuesta más intrigada que lo que llegué, dejé a “Debbie” mirándola con envidia: tres presos le pedía que les acompañe a su celda: “Debbie” se había vuelto la perrita más solicitada de la prisión. Apenas regresé a mi departamento, me introduje casi volando a la ducha: la calentura de mi raja me mataba. Desnuda, abierta de piernas, tuve que intercalar chorros de agua fría y caliente cayendo sobre mi concha desesperada por un verga, mientras en mi cabeza se dibujaban los rostros brutales de los presos que me gritaron de todo,…

Incluso al día siguiente, en la oficina, las palabras de “Debbie” retumbaban en la cabeza: “…eres una puta y eso nunca va a cambiar,…”; eso lo sabía, pero ¿qué me había querido decir?. Traté de concentrarme en el informe que debía presentar, pero no pude: había un tremendo alboroto en la oficina de junto: los chicos estaban celebrando algo. Al poco rato, Rita y Camucha, mis amigas, vinieron corriendo al escritorio, tratando de ser ellas, las primeras en darme la noticia. Rodrigo, el tipo ese por el que antes yo me moría, se iba a casar con la puta de la oficina: Nicolle. Mis amigas pensaban que la noticia me mataría (y no las culpo; aún yo me esforzaba a mantener la imagen de ser la pobre, desvalida y tímida secretaria que siempre conocieron,…)

- …No te preocupes, Vivianita,…- me dizque consoló Rita-, encontrarás a un hombre que sí valga la pena: te lo mereces,…
- ¿Un hombre?,…-, les dije con sorna, dejándolas extrañadas: ¡ni se imaginaban el “apetito” que tengo ahora!-, no gracias: tengo cosas más importantes en qué ocuparme,…
- …¿No quieres salir con nosotras a tomar algo en la noche? -, insistió Camucha.
- No. Tengo una cita.
- …. ¡Hummmm!!, ¿y cuando conoceremos a ese galán que tanto nos escondes?,…
- Nunca,…
- ¿Por?,…
- Por que es muy puto y no vaya a ser que ustedes me los roben,…-, les respondí sonriendo, dejándolas de una pieza.

Al caer la noche, nuevamente estoy preparándome para “trabajar”: botas de cuero negro, a media pierna y taco aguja; micro-mini de cuero, también negra, con agujeros en los costados. Un top celeste completamente abierto por atrás y sostenido a mi cuello por una tirita anudada; hilo dental rojo y un cinturón: estaba yo lista. Esa noché me tocaba “ser rubia” así que me calcé esa peluca y unos inmensos aretes de aros de fantasía plateada; tuve que peinar la peluca antes de ponérmela, ya que Gilberto la había pegoteado de semen la última vez que la usé. Tras darme una última mirada, decidí que “Sheyla” estaba perfecta y tomé mi abrigo.

“Mi marido” llegó tarde a la esquina convenida, por lo que discutimos un buen rato por eso; definitivamente las cosas no estaban funcionando, pero no hubo tiempo para hablar de eso: un cliente me esperaba en un hotel. Tenía unos 40 años y estaba borracho a más no poder. Era casado y había peleado con su mujer: a mí eso no me importaba nada,… yo quería que ya me atore con su verga. Se acostó boca arriba en la cama y sin pedirle permiso, comencé a sacar de su pantalón su verga; estaba a medio erectar. ¡estaba yo desesperada!; con un apetito voraz, me la metí en la boca, chupándola con loco desespero, meneándole mi culo a ese tipo, deseando que se ponga tiesa como piedra y me parta por dentro,… pero el tipo apenas podía con su alma: su pene se endurecía dentro de mi boca húmeda, pero luego perdía fuerza cuando la sacaba,…¡quería matar a ese maldito!!. Me incorporé y abierta de piernas, me subí la mini y, moviendo a un lado mi hilo dental, descendí sobre su cara con mi concha abierta para él y soltando mis jugos,…

- ¡Ooohhhhh!!!!,…

Su lengua recorrió mi raja sin cesar, mientras yo casi saltaba sobre su cara, jadeante, deseando que su lengua se me introdujese más y maaaás!!. La cara de mi cliente quedó en pocos instantes inundada de mis jugos vaginales mientras yo gemía con loco desespero, casi gritándole que me hiciera llegar,…al poco rato percibí que su verga estaba casi lista, por lo que cambié de posición y sin dejar de posar mi entrepierna sobre su cara, meneándola con desespero; por un instante pude sentir de nuevo el delicioso placer de atragantarme con una verga gruesa y palpitante,… mmmm,… mi cuerpo convulsionaba mientras gemía yo con locura, al sentir las manos de mi cliente atenazarse en la carne de mis nalgas, haciéndome doleeeeer,… hummmm,…

Sintiendo al fin mi cuerpo comenzar a arder de deseo, vino mi decepción: una lechada aguada y abundante golpeó contra mi garganta sin ningún aviso,… ¡noooo!!!, pensé, mientras me la tragaba, viendo con desazón cómo su aparato se relajaba por completo; ¡moría yo de ganas, por una verga salvaje!!!. Ni siquiera fui al baño a limpiarme: abierta de piernas frente a mi semidormido cliente, me sequé mi concha que no dejaba de humedecerse. El tipo dormía a pierna suelta, su billetera estaba abierta frente a mí, sobre el velador: pude dejarlo sin un real, pero no soy una puta de esas,...

Subí al taxi de Gilberto muy molesta y sin ganas de hablar: él al parecer lo intuyó, ya que arrancó y sin chistar me llevó en pos de otro cliente. Estaba yo que ardía de deseo cuando nos detuvimos en un bar. Gilberto salió y me dejó esperando en el asiento trasero, donde yo ya no sabía cómo controlar el frotar mis piernas una contra la otra: necesitaba como nunca en mi vida una buena tranca. Al poco rato salió del bar con un amigo suyo; era un tipo más alto que él, de apariencia robusta. Cuando abrió la portezuela junto a mí, le miré en silencio: abriendo a medias mi abrigo, torneé para él mi pierna enfundada en la bota negra, mostrándole un poco de mi carne de zorra ansiosa. Mientras le sonreía yo, con esa mezcla de mirada de deseo y de desvergüenza,… pude ver cómo su pieza comenzó a alzarse dentro de su pantalón. Había yo pasado una decepción minutos antes, pero al fin sentía que “Sheyla, la puta” entraba de nuevo a la acción.

Apenas estábamos los dos dentro del taxi, su mano ansiosa se introdujo con fuerza entre mis piernas, encendiéndome: quería que se la chupe mientras Gilberto nos conducía, pero me negué; esa parte del centro de la ciudad era muy concurrida e iluminada, pero prometí compensarlo. Sus dedos gruesos pugnaban por meterse dentro de mi mini, luchando por zafar a un lado mi hilo dental, para acceder a mi coño mojado y velludito,… pero yo coquetamente se lo impedía también, mientras su lengua recorría mi cuello: es los enloquece,… mmmm,….

Gilberto estacionó el taxi en un parque muy oscuro y alejado, bajo unos árboles muy frondosos, en una urbanización a medio construir: su amigo –Esteban-, quería algo peculiar,… cogerme en el taxi mientras Gilberto estuviese en el asiento delantero. A mí no me importó, más bien me puso a mil: ¡ansiaba que mi taxista se excitase y que los dos me violasen por mis dos agujeros a la vez!!. Las luces del auto se apagaron y Gilberto encendió la radio: era la señal que esperaba.

Cual gata ansiosa me quité el abrigo y levanté una pierna; en un instante estaba yo jadeante, de rodillas, sobre el amigo de Gilberto, que me miraba encadilado,….mmm podía sentir el calor que manaba de su verga erecta y que pedía a gritos ser liberada y enterrárseme por completo:

- …¡Qué linda que eres, preciosura!,…-, exclamó el tipo.
- …¡No me llames linda: soy tu perra, soy tu zorraaa!,…. – le reclamé, mientras le abría los pantalones, desesperada-,… ¡dame tu verga grandota, papitooo,… úsame y tírameeee,… mi amoooor,…. ahhh!!!,…

Me había vuelto yo una adicta, necesitaba algo enterrado dentro mío en todo momento: tras mamársela como una loca, me quité el hilo dental, me alcé la mini y me bajó el polito, dejando expuesto mi culo, mi concha y mis tetas: a horcajadas sobre Esteban, me dí vuelta y tomando su grueso aparato, descendí hasta que me la enterré en la raja por completo, ¡Wooooow!!, ¡era deliciosa, me llenaba por completo y me ensartaba de una manera divinaaaaa!!!!; ya con su pieza aprisionada dentro de mi vagina. Comencé a montarla a toda velocidad; ¡mis jugos rezumaban como nunca, mientras mis tetas saltaban sin parar, y por el espejo retrovisor podía ver cómo mi Gilberto me miraba con la boca abierta!,…¡Siiiií: mira a tu perra, a tu putaaaa,… mira cómo se la cogeeeen,… ahhhh,….AHHHHHH!!!!

Mis gritos de gozo eran cada vez más fuertes y apenas podían ocultarse con el sonido de la radio, pero yo quería más: ¡maaaaásss!!. Abajo mío, Esteban no paraba de sudar y jadear, mientras me apretaba con fuerza las tetas: para mí, había dejado de ser un cliente; sólo era una polla inmensa metida en mi raja,… y yo quería dos en ese momento. Gilberto me miraba a reojo, viéndome gozar como una cerda,… pero no se animaba a venir; entonces paré y tomé la verga de Esteban, ya lubricada con mis jugos: yo misma me la ensarté en el culo. ¡Grité de placer al sentir su cabeza abultada dilatándome por dentro!!!; casi no tardé nada en comenzar a subir y bajar por esa pieza, bombeándola con mi ano sin paraaaar!!!,…

No paraba yo de gritar de gozo, mientras me sentía estremecerme toda enseñándole a Gilberto mi ano penetrado y mi raja jugosa, entreabierta,… pero él no vino al asiento posterior: ajustó el retrovisor y comenzó a masturbárselo mientras nos veía a su amigo y a mi. La descarga de leche de Esteban en mi ano fue divina, dejándome exhausta, pero satisfecha. Ni me interesó ya ver a Gilberto terminar de descargar su verga: limpiarse y arreglarse dentro de un taxi no es fácil, y aún me faltaba otro cliente aquella noche.

Tras dejar a Esteban en la calle de los bares, enfilamos hacia un hotel de tres estrellas de la periferia: desde la calle se notaba que era un sitio poco frecuentado. Tras dejar con la boca abierta al joven recepcionista, enfilé a una habitación en el último piso; según Gilberto, era un tipo joven, que quería una chica para pasar el rato, y que se casaba pronto. “perfecto: otro borracho,…”, pensé mientras tocaba la puerta. Ahí me percaté que era la habitación “13”,…

¡Quedé paralizada del pánico en el dintel!!!,,… el cliente era,… era Rodrigo!!!, ese estúpido, ese petulante, ese que nunca se fijó en mí,… el tipo por el que moría,… y por una malhadada broma del destino me tenía ahora frente a él: a su creación –en cierta manera-,… a “Sheyla, la puta”,…

- …Hooola, cariñitoooo!,…-, me dijo mirándome con lascivia, apenas sosteniéndose con la puerta de lo borracho que estaba.

¡No me había reconocido!; en ese instante, pasé del horrendo pánico de creerme descubierta, a un incontrolable torbellino en mi mente: era como si “algo” hirviese dentro de mí. La falta de salvajismo de Gilberto, el borracho ese,… los recuerdos de los presos de la cárcel,… y ahora Rodrigo frente amí, pretendiendo pagarme por abrirle las piernas,…¡algo explotó dentro de mí!; un a mezcla de odio y deseo sádico. Muy segura de mí misma, entré a su habitación abriendo mi abrigo, contoneando mi culo goloso, ante sus ojos ebrios de alcohol y de deseo. Me senté en su cama, crucé las piernas, dejándole ver por debajo que apenas lucía mi hilo dental.

- ¡Cua,… cuánto essss!??,… -, me dijo Rodrigo, tamaleándose.
- 200 con todo, mi “amorcito”,… -, le respondí engolando la voz, y sabiendo bien yo que le pedía la mitad de su quincena.

No se negó, ni menos me regateó: tenía frente a una espectacular y escultural “rubia”, mucho más atractiva que su perra novia, muchísimo más experimentada que su sucia, futura “esposita”,… Fue la primera y única vez en mi “doble vida” en que pedí y acepté mi paga gustosa, pero dentro de mí mi cabeza volaba a mil por hora: sentía yo la necesidad de no entregármele sumisa y complaciente: la ocasión ameritaba otra cosa. Tras guardar mi dinero en mi cartera, en un tris Rodrigo ya estuvo desnudo frente a mí: ese cuerpo atlético, con el cual “Vivianita, la secretaria” soñaba ver en sus más locas fantasías nocturnas, estaba ahora para el disfrute de “Sheyla”,… y no me interesaba ya en lo más absoluto; sólo su verga erecta y deseosa, para mí deseosa como la de cualquier otro hombre. Mi mente empezó a volar a mil, maquinando.

- ….¡Hummmm: que buena verga tienes, “amorcito”,… hummm!! – exclamé, mientras me desnudaba frente a él, dejándome las botas-, siéntate en esa silla: te haré pasar una noche inolvidable,.. mmm,…

Se sentó ansioso en la silla, mientras yo, como una experta, arrancaba el cable de una lámpara de noche del cuarto: le até de manos al espaldar de la silla; Rodrigo ni se inmutó,… estaba ansioso por una experiencia nueva y disfrutaba lambisqueándome las tetas mientras le ataba. Por una extraña razón, mi coñito no se mojaba en esa ocasión, pero no me importaba: mis pezones estaban erectos como nunca antes en mi vida, así como mi piel vibraba a mil por hora. Como una salvaje arranqué el cable de la otra lámpara de noche: estaba yo ya completamente descontrolada. Tras asegurarme de inmovilizar sus pies –también atándolos a las patas de la silla-, comencé a bailar frente a Rodrigo, contoneando mi cuerpo de zorra desnuda frete a sus ojos, y disfrutando cada una de sus exclamaciones. Aún no sabía que hacer con él, así que tomé una botella de vodka que él llevaba; la bebí a pico varias veces, haciendo que el licor chorrease sobre mis tetas desnudas, para luego acercarme a él, alzarle una pierna, haciéndole que huela mi coño de puta,… sobando mis nalgas con desespero contra su verga tiesa y ya chorreante,… mmm,… disfrutando con su desespero, con su deseo de desatarse,..y no poder.

- …¡Ya es suficiente!!!,…- me gritó, fuera de sí, loco por mi cuerpo-, ¡desátame, PUTA!!!!,…

Mi cabeza explotó de golpe: amo, adoro, me enloquece que me digan puta,… ¡PERO ÉL NO!!! Enloquecí por completo: dejé de bailar y me le acerqué, mirándole con desprecio, llena mi mirada de odio. Rodrigo estaba desesperado por cogerme: yo, por desquitarme de él y de todos; comencé a gritarle, a escupirle con furia, a insultarle,… le dije de “poco hombre” para arriba y para abajo, mientras jugueteaba con su verga con el tacón de una de mis botas, riéndome mientras Rodrigo trataba de liberarse. Me había transformado en otra,… y mi raja se inundaba de placer y de humedad, mientras lo vejaba de esa manera; él me miraba con rabia y desespero, botando espuma por la boca mientras descargué mi furia contra “su noviecita”,... la que de seguro era una más puta que yo, y que de seguro se acostaba con todos, menos con él,… mi cuerpo vibraba de una incontrolable excitación mientras me sentía poderosa, al poderme desquitar de tal manera: era extraño, pero disfrutaba como loca maltratándolo. Apoyé con fuerza el taco aguja de mi bota en su pecho, casi enterrándoselo y, haciéndolo gritar de dolor, lo empujé con fuerza. Cayó al suelo maldiciéndome sin parar, pero no me importaba: como una loca me le eché encima y le mordí con rabia las nalgas, ¡podría disfrutar de eso horas de horas!, pero mi suerte cambió de pronto: Rodrigo logró zafarse; ¡quedé aterrada!,… nunca había atado antes a nadie y la caída lo había liberado,… no me dijo nada mientras se incorporó. Un tremendo puñetazo me aventó boca arriba contra la cama, sangrando por mi labio partido; mi primera reacción fue hacerme un ovillo para evitar toda la descarga de su furia, pero fue inútil,… tres bofetadas más y un puñetazo en mi estómago me dejaron sin aire, indefensa y sangrando por mi nariz y por labio inferior partido en dos sitios distintos. Comencé a temblar sin control, mientras Rodrigo me dio la vuelta brutalmente, arañándome las piernas, mientras me insultaba y me gritaba sin parar: estaba hecho una fiera,… y yo no sabía si eso era lo que yo quise provocar o no,…

Mi ano fue casi reventado por la cabeza grande y morada de su verga, la que me introdujo a la fuerza, sin ningún miramiento; ¡chillé de dolor como una criatura!!!,… hecho un animal comenzó a penetrarme con furia salvaje, haciéndome sentir con cada brutal embestida, cómo su pelvis chocaba contra la mía dolorosamente. ¡Pedí ayuda mientras me partía el culo y nadie venía en mi ayudaaaa!!!

- …¡¿ESTO QUERÍAS PERRA??!!!,… ¡¿ESTO QUERÍAS PERRA??!!!- gritaba una y otra vez, mientras machacaba sin parar mi ano sangrante-, ¿RESPONDE, PUTA, ¡RESPONDEEEE!!!!,
- ….¡NOOOO!,… YA NO, YA NOOOOO!!!!!,… ¡BASTA, BASTAAAAAA!!!!,… ¡BASTAAAAA AHHHHH!!!!!,…

No lo disfrutaba para nada, sobretodo cuando mientras me violaba, pugnaba por quitarme la peluca: ¡grité, lloré, le arañé las manos: NO PODÍA PERMITIR QUE DESCUBRA QUE YO ERA EN REALIDAD VIVIANA!!!. Tras lograr mantener mi identidad en secreto, aferrándome a seguir siendo “Sheyla”, poco a poco entonces vino de nuevo: ese extraño disfrute que me da al sentir dolor y placer juntos,… comencé a mover las caderas con fuerza, para ser penetrada más profundamente, sin parar de llorar, pero enterrando la cara contra la almohada; quería gritar “…¡te amo perro maldito: rómpeme, párteme, pégame más , MAAAÁSSS!!!”, pero a la vez no le quería dar ese gusto a él,… no a él: esos gritos quedaron silenciados para siempre por la almohada. Las oleadas de orgasmos fueron potentísimas y casi sin pausa hasta que descargó toda su esperma dentro mío; caí rendida en la cama medio muerta, preso todo mi cuerpo de potentísimos espasmos. Estaba mojada por todas partes, y esas horrorosas convulsiones desencadenaron lo inevitable: mi ano comenzó a palpitar sin control, soltando borbotones de leche, sangre,… hasta que me hice encima,… después de eso, eché a llorar.

Rodrigo se vistió y tras verme hecha una porquería, tirada sobre la cama, me lo soltó con desprecio y asco:

- …Puta de mierda,… -, dijo antes de cerrar con fuerza la puerta.

Yo apenas abría los ojos de rato en rato; hubiese querido decirle algo, no sé: un “te amo,..”, un “gracias,…”, pero no se me ocurrió absolutamente nada. “Sheyla” seguía existiendo, el secreto de la enferma Viviana también,… me sentía como nunca en mi vida,… me sentía viva.

Tardé bastante en limpiarme y salir del cuarto; me escabullí al sótano del hotel, para salir por la puerta de la cochera: no quería irme con Gilberto; quería volver a sentir el gozo de caminar por las calles como sonámbula, hecha una puta desmadrada, como “en los viejos tiempos”. A los días me enteré que Rodrigo se lió a golpes con mi taxista apenas lo vió. Un feriado estatal me permitió recuperarme y regresar al trabajo casi sin despertar sospechas,… aunque mi ojo morado lo tuve que disimular con unos lentes ahumados; a las chicas les dije que había terminado con mi novio, pero ellas pensaron que eran por decepción, por Rodrigo. Cuando me vieron al salir del trabajo tirando un celular que timbraba a la basura, dejaron de inmiscuirse. La verdad es que no quería ver a Gilberto,… por lo menos hasta el próximo fin de semana, o hasta que aprendiese a cogerme como a mí me gusta,…

(CONTINUARÁ,…)
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