30 nov 2011

Pamela, mi novia, la actriz (6), Primera parte



Un relato de: Krakkenhere.

 Tras su último intento por llegar a ser toda una estrella de cine, afortunadamente Pamelita se tomó muy bien ese aparatoso fracaso; sin mostrar un ápice de depresión o cólera, me invitó a pasar unas cortas vacaciones en las playas del norte, ¡qué bien: por primera vez en nuestra relación, íbamos a pasar unos días de paz y sosiego!! (y a la vez aprovecharía yo el hecho de tener una noviecita rica, jeje,…)

La pasamos fenomenal: sus padres –siempre de viaje-, tenían un precioso chalet de madera sobre palafitos, a la orilla de la playa más “nice” de las calurosas costas norteñas, y en el cual nos la pasamos como deben pasársela todos los enamorados: tomando sol como lagartijas, nadando como patos en el mar turquesa y por la noche,… follando como conejos. ¡Eso sí era vida!, pensé, mientras me mecía hecho todo un reverendo vago, en una hamaca, bebiendo una bebida y pensando en que no me molestaría en nada, vivir sin hacer nada,… más que gastar los millones de “mis suegritos” (a los cuales aún no conocía)

Pamelita, luciendo infartantes y diminutos bikinis (los cuales siempre se quitaba gustosa para mí), me tuvo esas semanas muy bien tratado (tanto de día como de noche), y cumpliendo todoooos mis deseos,… salvo cuando se sentaba frente a su laptop y comenzaba a teclear como una descosida, trabajando en Dios-sabe-qué. Un mediodía cualquiera –porque veraneando de gratis cualquier día es igual al otro-, y mientras yo descansaba en un sillón mirando el mar, Pame (que desde que comenzó el día, estuvo trabajando en la compu), tras exclamar un sonoro “¡Ya!,…” vino hacia donde yo estaba, muy sonriente, luciendo una tanga amarilla diminuta, mostrando sus enormes pechos bronceados al aire, y trayendo a toda prisa hacia mí, rodando, un televisor sobre una mesita con ruedas:

- …¿Quieres ver el fútbol, amorcito?,… -, me preguntó hecha una dicha. - ¿Ehhh?,… -pregunté yo medio atontado, como cualquier ricachón baboso que no tiene nada qué hacer-, ¿quién juega?,… - El Manchester United contra el Arsenal,… - …A ver,…

Sin perder un instante, prendió el aparato y dando saltitos (sus pies en puntitas y sus tetas también), entró rauda y alegre a la casa, regresando casi al instante con una jarra de cerveza heladísima. Por un buen rato, no paró ni un instante: me preguntó si quería un sandwich, un cigarrillo o una almohada para mis pies; a cada “si” mío, iba y me lo traía (hum,… debí sospechar que se tramaba algo,…) Tras dejarme intrigado, Pame se sentó a mi lado, viéndome sonriente y ocultando algo tras su deliciosa colita. La verdad es que no me importaba mucho; estaba yo por un instante viviendo en “el Edén de los hombres” (cerveza, comida, fútbol en la tele, un mujerón por pareja,… semi-desnuda y engriéndolo a uno)

- ¿Te gusta el fútbol, amorcito?,… -, me preguntó al rato.

¡Colón descubrió América y paró un huevo!!!, me dieron ganas de decirle, mientras daba cuenta de mi cerveza,… pero me limité a hacer lo que todo hombre hace mientras ve el fútbol y una mujer le pregunta algo estúpido: seguir viendo el partido bebiendo.

- …Ajá,… - ¿Y qué opinas de esto?,… -, me dijo entonces, sacando de su espalda un periódico que puso en mi regazo.

Era la sección deportiva del diario de nuestra ahora, lejana ciudad: hablaban de un club amateur; Cienfuegos F.B.C. se llama (si, opino igual que ustedes, ¡vaya nombrecito!,…), el cual había clasificado a la etapa nacional del torneo que daba un cupo a la Primera División.

- …Esos inválidos no le ganan ni a mi abuelita coja,… -le respondí-, te pasas Pame: estoy mirando al Arsenal y me hablas de esos cojudos!,… - …Pues yo creo que pueden campeonar,… -me replicó con toda seguridad,... y con una vocecilla cantarina que hizo que se me escarapelara la espalda. - Pame,… - …¿Qué?,… - ¿Qué tramas?,…

Entonces mi novia se puso de pie, hecha una dicha, parándose entre yo y el televisor, impidiéndome ver el fútbol (en algunos países, eso puede ocasionar un asesinato,…), y comenzó a dar esas explicaciones que me anunciaban que ya estábamos “ad portas” de meternos en otra de sus locuras.

- Yo creo que puede ganar por que han conseguido un sponsor muy poderoso,… - …¿Y quién fue el pobre idiota que puso plata en ese equipo de quinta?,… - …Mi papi,… -, me dijo de golpe, haciendo un puchero (nota mental: ¡NUNCA hablen mal del viejo de la novia!,… sobre todo si deseas vivir a sus costillas)

Le seguí oyendo alelado: resultaba que su “papi” era accionista mayoritario de la cervecera local (cerveza-fútbol,… tiene sentido), y para evitar pagar más impuestos, decidieron recibir beneficios del fisco apoyando el deporte, y como no había club más barato y popular, pues se decidieron por el clubcito de marras ese.

- ¿Y tú qué tienes que ver en el asunto?,… - Pues como papi está en el extranjero, me pidió que vea bien su inversión,… -me dijo mientras me tomaba del rostro y me frotaba la cara con sus riquísimas tetas de pezones erectos y con sabor a mar-, tú sabes más de fútbol que yo,… ¿me ayudarás amorcitoooo?,.. - …Bueno,… puessss,…¡Auhmmmm!!,… -le dije entonces, soltando bostezos de a cuarta-,…. no creo,… que,… nossss,… metamos en liossss,…. Zzzzz,…

Los ojos se me cerraron como piedra (mientras recordaba, lo eficaz mi noviecita con afrodisíacos y somníferos), y mientras le escuchaba entre sueños diciéndome: “sabía que podía contar contigo, mi amor,…”.

El ruido de un chapuzón me despertó varias horas después; ¡mierda, maldita sea, mi propia novia me había drogado!!!, y eso sólo podía significar algo: ¡ya estábamos en medio de otra de sus salvajadas!!. Mirando como loco a mi alrededor, agradecí el estar vestido y en un lugar público (¡con Pame nunca se sabe!) Mi noviecita estaba sentada junto a mí, vistiendo un bikini algo discreto para ella (algo raro en mi Pamelita), un pareo atado a la cintura, sombrerón y lentes oscuros. Yo estaba de camisa y shorts; estábamos en una mesa, junto a la piscina, en un hotel de 5 estrellas,… ¡en una ciudad a 300 kilómetros de la casa de veraneo de sus padres!

- …¿Ya despertaste amorcito?, ¡qué bien!,… -, me dijo entonces, mientras tomaba muy quitada de la pena, una piña colada.

Estaba a punto de matar a mi novia cuando me miré en el espejo de la barra del bar del hotel, frente a nosotros: ¡MAMAAÁ!, ¿QUÉ ME HABÍAN HECHO?!! Estaba yo con el pelo cortado casi a cero: ¡con mis “entradas” parecía yo Zidane!, con ese “look” y mi barba de tres días, me miraba yo como unos 8 ó 10 años más viejo. Aprovechando que aún estaba yo medio turulato, Pamelita me mostró en su laptop, su alucinante plan; una tras otra, aparecían webs deportivas del país anunciando: “MAÑANA ARRIBAN A LA CIUDAD LOS NUEVOS REFUERZOS DEL CIENFUEGOS FBC”.

- …Pero aquí habla de un,… ehh,… -le dije entonces, viendo la pantalla-, “José Sánchez, centrodelantero, que proviene del Deportivo Sacachispas de Argentina”,… ¿y ese?,… - Ahá: ese eres tú. - …¿QUEÉ?!!! – pegué el grito, para luego casi romper a llorar-,… ¡pero si a mí ni me escogían pa’ los partidos del recreo del colegio!!,… ¿y por qué ese apodo de “Burro”??!!,… - …Por que en Argentina ya había un “Burrito” –me replicó Pame, mientras me hacía mimos-,… y mi novio no puede ser menos que nadie, ¡muack!,…

Yo estaba al borde del ataque cardíaco, pensando en el papelón que se avecinaba, ¡por que el que iba a actuar ahora era yo! Ahí estaban todos esos días en que mi enamorada le daba a las teclas: ¡cada línea que leía era una reverenda locura!

- … ¡Pero,…pero,… -exclamaba yo agitado-, ¡pero acá dice que rompo piernas, que lesiono delanteros!!!,… - …Seee,… -me dijo entonces como quién no quiere la cosa-, es que no tenía videos de goles tuyos para subirlos a Internet para hacerte pasar por delantero,… - …¡Pero, pero, pero…. si yo no le “metí gol” ni a mi novia del cole!,… - ¿En serio?,… ¿no quieres que te lo resuelva?,…

¡Me quería morir y Pamelita me hablaba de conseguirme una follada con mi primera novia!; yo estaba aterrado, pensando en el tamaño papelón que se avecinaba,… si es que antes no me mataban en la cancha (ya me sentía como cristiano antes de entrar al coliseo,…) la maravillosa “idea” de mi novia para llegar a ser famosa, era “pegándose” a “los otros famosos”: los futbolistas. En pocas palabras, se volvería “botinera”, o como le dicen en otras partes: “animadora”, “porrista”, “pelotera” (o como en mi país: “jugadoraza”)

- …Claro: como esa tipa, la inglesa, la Danielle Lloyd,… creo que le dicen “Miss Premiere League”, ¿la viste?, ¡se revolcó con media Liga y ahora le llueven contratos de todo!,… ¡bah: a mí, mínimo me ofrecerán una película!,… - Así que serás mi “botinera”,… - No: DE ÉL,… -, me replicó, mientras apuntaba con su dedito manicurado hacia la piscina.

Ahí estaba el otro personaje en esta loca aventura: Francisco “La Fiera” Correa. Apenas lo ví, me ocasionó la antipatía que sentimos todos por hombres por los futbolistas: joven, musculoso, con cabellera de trencitas (tipo rapero), cadena de oro al cuello,… y colgando de su cuello también dos de las más bellas y esculturales nenas del lugar, rogándole por fotos y autógrafos. Según Pame era un goleador fenomenal.

Tras presentármelo, Pamelita inmediatamente le rodeó con sus brazos, a la vez que apartó sin ninguna delicadeza a las demás resbalosas. Mi novia entonces se quitó el sombrero, luciendo su nueva cabellera corta y color azabache: había nacido más loca y zamarra “botinera” de la historia del fútbol nacional: “Bibi, la amiga de todos”.

- …Pameee,… -le dije entonces, disimulando mi rabia, y tratando de zafarla del cuello del tipito ese-,… esto no me gustaaaa,… - Tranquilo amorcito –me replicó con igual voz cantarina-, lo tengo todo controladoooo,….

En fin, tras convencerme mi novia con otra salvaje sesión de sexo, con sus habituales gritos, jadeos, mamadas demenciales y una cabalgata hasta hacerme crujir la verga (¡Diossss: por qué soy tan débil ,maldita sea!!!); en menos de lo que canta un gallo, “Bibi” (Pame), el peloterito idiota ese (Francisco) y yo (un dizque argentino “machetero”), estábamos embarcamos en un avión de vuelta a nuestra ciudad. ¡La que se armó al llegar al aeropuerto!; apenas comenzamos a bajar las escaleras, vi la dimensión de la locura de Pame: ¡AHÍ ESTABAN TODOS LOS REPORTEROS DE RADIO, PRENSA Y TV DE LA CIUDAD!!! Mi noviecita no había escatimado en gastos esta vez (no se ofendan, amigos periodistas: aquí y en la China, TODO funciona con una “buena aceitada”)

Flashes volaban de un lado para otro, encandilándonos a Francisco y a mí,… pero los reporteros pagados no eran lo peor: lo eran los hinchas; ¡mierda, el clubcito de porquería TENÍA HINCHAS! (en el fútbol se puede comprar TOOODO,…menos hinchas) Así yo y el mocoso ese nos vimos de pronto envueltos en una pequeña marea humana de cámaras, gritos y banderitas blancas y rojas; el terror y la vergüenza se me pasaron casi al instante, y no era para menos: ¡en menos de lo que canta un gallo, nos rodearon mujeres!!!, ¡diablos!!, parecía que todas las viejas celestinas de la ciudad le habían dicho a sus hijas: “¡deja de estudiar y búscate un futbolista!”

Ahí había de todo: altas, bajitas, rubias, morochas, morenas, maduras, jovencitas,…mmm!; CULONAS, DELGADAS, DE TETITAS CHIQUITAS Y PARADITAS, TETONAAAAS!, en fin, “de todo como en botica”. Fue la primera vez que me sentí “violado”, “magreado”, “usado”, “tratado como objeto”,… ¡Y ME GUSTOOOÓ!!!

Decenas de manos femeninas, unas tímidas, otras ansiosas y algunas desvergonzadas, tocando mi cuerpo con deseo, con placer,… mmm,… apretándome sin pudor la verga, atenazándose de mi trasero, sobándome con frenesí, aprovechando la complicidad de la masa apretujada, haciéndote estremecer del gozo del toqueteo que hace sentirte objeto de deseo, anhelo inalcanzable y pedazo de carne apetecible, ¡TODO A LA VEZ!!! Admito que la pieza se me puso como un riel en un segundo,… mientras que Francisco las apartaba como si fuesen malahierba, lo cual beneficiaba a “Bibi”: prendida del brazo del “crack” en ciernes ese, captó de inmediato la atención de los medios amarillistas presentes,… y no era para menos: se había puesto uno de esos tops con pantalones apretados, todo en una pieza (de los que usan las “animadoras”), ¡parecía que se lo habían cosido sobre la piel!! Pame no desperdiciaba ni un solo flash: abrazando al mequetrefe ese, lo envolvía con las piernas, resaltando su culo de infarto para los complacidos camarógrafos,… mientras que yo pasaba de la dicha de ser manoseado a morirme de celos,….

Un reportero me pidió unas palabras y en un santiamén, me vi rodeado de micrófonos: dije entonces lo primero que se me ocurrió:

- …Que nadie piense que vengo a ser la solución del equipo,… todos somos obreros que debemos trabajar para el mismo objetivo,… (o sea, la misma estupidez que dicen TODOS los futbolistas)

Los periodistas me miraron como bicho raro: ahí, dije lo segundo que se me ocurrió, sudando frío,…

- …Ehhhhhhh,… ¿“Che”?,…

¡Y ahí volvieron a deslumbrarme los flashes!, ¡país de porquería: si hablas de fútbol y no sueltas un “che”, nadie te toma en cuenta!!!, en fin, ya menos rodeado por la pequeña muchedumbre, descubrí a alguien conocido: un camarógrafo que no paraba de tomarle fotos a Pame: su infame primo, que mandó al diablo la elección de Pamelita como reina de belleza de la ciudad (“Pamela, mi novia la actriz, capítulo ..)

- …Oye,… -le dije entonces-, tú que eres fotógrafo de modelos,… ¿por qué no te encargas tú de hacerla una actriz famosa?,… - …¡Noooo, gracias hermanito!,… –me replicó alegremente-, eso te lo dejo a ti, y tú sabes bien por qué no,… - ¿Por ué? - …¡Por que mi primita ESTÁ COMPLETAMENTE LOCA!,…

(Nota mental: ¡nunca preguntes algo si sabes ya al 100% la respuesta!,…)

Tras aquel “baño de popularidad” quedé metido hasta las orejas en el asunto: un mes completo, mi flaca y escuálida humanidad quedó en manos del entrenador del equipo (un uruguayo que no paraba de putearnos y recordarnos cuando casi, casi fue seleccionado para integrar “… la gloriosa selección de México ’70”,…), y un viejito medio loco, el utilero del club, que fue el único no se “tragó” el cuento de mi supuesto papel de “crack extranjero”:

- …Je, je, je,… ¡nunca “fuiste” y cuando “fuiste”, NADIE SE DIO CUENTA!!,… -, me repetía a cada instante,… - ¡Vete a la mierda, “viejo viagra”!,…

Así sudé, sufrí, crují por todas mis coyunturas y maldije como un bendito, pero un mes de rigurosa pretemporada después, lucía yo un físico realmente envidiable: abdominales bien formados, piernas musculosas -que ya reventaban mis jeans desde adentro-, y la posibilidad (después de muchos años), de poder correr 10 minutos de seguido y sin dejar las tripas regadas por ahí; claro que eso no lo logré, no sin antes no haber vomitado hasta el vino de misa que me tomé cuando monaguillo, allá por los 9 años: ¡estaba yo que no cabía de gusto!, es decir,… ¡cuantas veces uno puede conseguir verse como todo un atleta Y QUE TE PAGUEN POR ELLO!! Mi Pamelita, mientras tanto, no la pasaba nadita mal: ¡aparecía a diario en TOOOODOS los periodicuchos deportivos y en TOOODOS los pasquines amarillistas de la prensa nacional!; en poses atrevidas, luciendo infartantes micro-minis y diminutos politos escotados,… y lo que me más me atacaba (de celos, hay que ser sinceros), ¡yendo de arriba abajo con el idiota ese de Francisco!

Finalmente llegó el momento de la verdad: nuestro primer partido. Nos enfrentábamos de local, contra un muy laureado equipo del puerto. ¡Estaba yo que temblaba de miedoooo!!! ¡Toda la ciudad había ido al estadio! (incluidos los miserables de mis amigos, que habían pagado entrada sólo por verme hacer el ridículo,…) Pamelita mientras tanto continuaba con su “carrera” de botinera: con unos shorts que se le metían por completo por la raja del culo y un top que se le bajaba cada vez que saltaba, se desgañitaba ese día en la tribuna popular,… atrayendo a más cámaras que el partido mismo (¡y claro, si a cada saltito se le salían sus sabrosos pezones del top que usaba!)

Enfundado yo en mi uniforme, hecho una gelatina de los nervios y llevando la banda de Capitán, me acerqué al centro del campo a saludarme con el árbitro y el Capitán contrario: un mulato enorrrrme, con cara de pocos amigos,… y luciendo un buen costurón en medio de la cara, que le daba pinta de candidato indiscutible para “capo” del penal más cercano.

- …Ehhhhh,… “Che”,… jeje,… -le dije tendiéndole la mano, medio muerto de miedo-,… que gane el mejor, pues,… - …. ¡Pasas por mi lado con la pelota y te corto, argentinito de mierda! -, me soltó casi con un escupitajo, mirándome con fiereza y haciendo que se me encogiera para adentro el orto.

Sonó el pitazo del árbitro y casi por inercia, le pasé la pelota más asustado que otra cosa a “La Fiera” Correa; ¡mierda: a 3 segundos de iniciado el partido me quedé frío del pánico, ¡ESOS DESGRACIADOS DE LOS RIVALES ERAN UNOS ASESINOS, SOLTABAN PATADONES COMO MACHETES QUE ERAN UN CONTENTO!!! El estadio completo gritaba como coliseo romano y yo en medio de todo eso, ¡MAMAAAÁ!!!

Por esas bromas crueles del destino, alguien me devolvió la pelota, y viendo a tres negrazos asesinos yéndoseme encima mío, ahí hice la segunda mayor estupidez de mi vida (la primera fue hacerme novio de Pame); toqué la pelota hacia adelante y salí corriendo tras de ella.

¡Y corrí, corrí y corrí!!! (y es que eso de que te persigan cuatro negrazos, hace correr a cualquiera,..); ¡y rumbo hacia el arco contrario! Ahí descubrí con pavor la dura realidad: ¡las canchas de fútbol no son planitas como se ven en la TV: TIENEN HUECOS, BACHES, PEDAZOS DE PASTO ARRANCADOS Y PIEDRAS!!! Luchando contra las fuerzas de la inercia, hice la jugada más vieja de la historia del fútbol: cerrar los ojos, darle con el alma a “la de cuero”,… y dejarle a Dios que pasara lo que le viniera en gana.

Pateé con tal fuerza que las leyes de la inercia se ensañaron conmigo. Mientras caía al suelo como cualquier inútil que le pega a lo bruto a una pelota, y mientras mi cara iba creando una trinchera en el césped, ví (…y en verdad, lo miro 20 veces al día en Youtube desde entonces,…), ¡cómo la pelota voló de manera preciosa, como jamás un balón lo ha hecho desde que Didí creó la “folha seca”,… (¡qué modesto soy!, ¿no?), en fin, se elevó para luego caer al arco con toda velocidad, justo en el ángulo derecho; ¡nuestra mísera barra saltó de júbilo, al igual de los pechos de mi Pamelita!!; yo por mi parte, me puse de pie y pegué el grito de rigor (”palabra bendita”, que le dicen los comentaristas); jubiloso como ninguno, comencé a correr por el campo, brazos en alto, y desgañitándome a mi entero gusto; es cierto que gritaba yo sin parar “¡gol!”, pero en realidad yo quería gritar otra cosa (…¡GOOL: malditos de la IFHSS, anótenlo, ANÓTENLO,… ES MÍO, ES MÍOOOO!,…)

Entonces se generó dentro de mí la transformación; todos los hombres tenemos “una bestia” dentro -a veces despierta, a veces dormida-, ese “monstruo grande, que pisa fuerte,…” que nos vuelve un animal en un instante,… el fanatismo del fútbol. Hecho un energúmeno, hice una estupidez de esas que uno hace por la maldita emoción que te mete la pelotita: corrí hasta la barra contraria y mostrándoles los puños, grité como un enfermo:

- ¡ASÍ SE METEN LOS GOLES CONCHESUM…!!!!

No llegué a terminar mi grito: una cosa negra vino a mi encuentro, pegándome en plena frente, dejándome al instante privado en el santo suelo. Cuando volví a la vida, estaba tirado en una cama de hospital, medio drogado y luciendo un fenomenal vendaje en la cabeza: frente a mi cama, alguna compadecida enfermera había dejado el televisor encendido como para que al hacer yo la estúpida pregunta de rigor (“¿QUÉ PASÓ?”), pudiera sacar mis propias conclusiones: en todas las cadenas de TV, mostraban una y otra vez el último “blooper” de moda en el mundo; ¡el tipo que tocaba el bombo de la barra contraria me había tirado la baqueta!!!

Una y otra vez me vi cayendo miserablemente, todo turulato del golpe (y la verdad es que mis amigos me hacen ver el video cuando pueden, desternillándose de risa) La verdad es que el tiro le salió perfecto al sujeto ese, ¡claro, por eso no ganamos medallas olímpicas en lanzamientos, NO BUSCAMOS A LOS DESCONOCIDOS VALORES DEL DEPORTE NACIONAL!! En eso y otras estupideces pensaba yo, cuando la puerta de mi cuarto se abrió: la escenita no podía ser mejor: entró por delante un preciosísimo culito enorme, enfundado en una diminuta minifalda de en enfermera,… y aprecié con delicia cómo su culazo se comía su colaless casi por completo. La enfermerita abrió la puerta con el culito, mientras sostenía con ambas manos una charola.

- ...¡Amorcito, ya estoy aquiiiiií!!! -, exclamó mientras giraba, cerrando la puerta.

¡Pamela: debí suponerlo!!! Ahí estaba mi “queridísima novia”, disfrazada de enfermera, sonriente de oreja a oreja,… y portando en esa charola esa condenada laptop que yo ya estaba pensando ponérsela de sombrero.

- Se nota que andas contente,… -le dije con cólera contenida-, casi logras que me maten esta vez,… - …¡Hay amorcito, no seas tan melodramáticooo!! – me contestó como siempre: o sea, sin importarle nada-, el doctor dice que estás bien y que ya te puedes ir, además quise darte la sorpresita yo mismaaaa,…

Pame desplegó la pantalla de la laptop frente a mí y me mostró lo que había ocurrido mientras estaba yo inconsciente: no solo habíamos ganado el partido (3-0, con dos goles de Francisco y uno “de su servidor”), ¡sino que yo me había vuelto el ídolo del Club!; en todas partes aparecían mensajes de hinchas alabando “mi coraje”, “mi amor por la camiseta”, o diciendo “que tenía yo 4 pares de huevos”,… y no pocos mensajes de féminas que “deseaban comerme con toperoles y todo,…”

- ...Acá hay una tipa que dice que quiere que la desvirgues por todos lados, amorcito,… -me enseñaba mi noviecita, sobándome con sensualidad con su pierna bien torneada y enfundada con una pantie blanca-,…. Hummmm,… y acá otra que dice que eres todo un machazoooo,…. Mmmm,…

La verdad era que el ego se me fue hasta las nubes: Pamelita sabía bien cómo engatusarme con sus alocados planes:

- ….Te las puedo conseguir a todaaaaassss,… hummmm,… ¿no te gustaríaaaa?, solo tienes que seguir en el equipoooo,… ¿lo harías por mí, amorcitooooo?,… Hummmm,… - Esteeeee,… bueno,… puedo intentarlo,… –le dije yo, ya casi convencido, sintiendo cómo su pierna ya me ponía dura la verga-, oye,… ¿y porqué estás así, tan cachonda?,… - …¡Hay, no séeeeeee,….hummm!!!!,… jiji,… -me replicó mientras se abría el uniforme, mostrándome sus inmensas y suculentas tetas-,… ¡creo que es cierto eso que dicen las perrunchas de las botinerasssss!!!,… te veo ahí acostadito, heridito,… hummm,… y eres futbolista,…. Hummm,…. ¡y te veo taaaaan sexyyyyyy!!!,… ¡hummmm!!!,…

Fue la primera vez que Pame, mi novia, me mamó la verga totalmente descontrolada: ¡y de qué manera me la chupó!!!, Me ató a la cama de hospital de pies y manos con esos tubos de plástico que usan para torniquetes, ¡como si yo me fuese a escapar!!!

Sin quitarse esa gorrita de enfermera, se desnudó viéndome como Brad Pitt o algo parecido (que una mujer te mire así es muuuy excitante!); me lamió la verga, los huevos y el ano, de abajo a arriba, ¡haciéndome convulsionar de gozo!, para luego darme una profunda “deeptroat” en la que se metió mi verga en su boquita hasta lo más hondo, ¡casi introduciéndose también mis huevos al mismo tiempo!!! Yo estaba ya como loco al sentir mi glande casi atorándose sin cesar en sus amígdalas.

Tras dejármela completamente embabada, Pamelita se encaramó encima mío: me mostró que se había afeitado el pubis en forma de corazoncito y ahí comenzó a hacerme gozar como loco: ¡como una salvaje amazona comenzó a saltar encima mío, ensartándose ella misma mi verga alternadamente, en su concha y su ano, ¡hecha toda una insaciableeee!!!! Era delicioso, increíblemente gozoso pasar de sentir su raja inundada y al rato sentir su estrecho y apretado conductoposterior: yo estaba como loco, atado, tirando baba de desespero, tratando de morderle con furia sus tetas enormes y bamboleantes frente a mis ojos:

- …¡AAAAhhh,…. AHHHHH,…. Así mi “pelotero” precioso!!!! –jadeaba Pamelita, alias “Bibi, la amiga de todos”, clavándose mi verga en sus dos agujeros-, ¡hazme gritar: haz gritar a esta putaaaaaaa enfermeraaa!!!!,…. ¡aaaaaahhhhhh!!!!,…

Apenas sintió que yo le iba a descargar mi lechada, Pame se sacó mi verga de su conchita: sedienta, tomó mi pieza con su mano y se bañó la boca, cara y tetas con mi semen caliente. En eso estábamos cuando se abrió la puerta de nuevo: una enfermera vieja y pintarrajeada entró y nos pescó en esos trances. La vieja comenzó a dar de alaridos, completamente escandalizada.

- …¡Hay, por qué tanto escándaloooo!!! –le soltó a boca de jarra Pamelita, mientras caminaba hacia la puerta, yéndose, hablando mientras se abotonaba el uniforme con una mano y con la otra, se recogía el semen del rostro y lo chupaba de sus dedos-,… si tú querías también una buena mamada, ve donde el Director del hospital: ya se la chupé también pero creo que todavía tiene “los porongos llenos”,…

Ya dado de alta ese día, y en el hotel de nuestra concentración, caía la noche y estaba acostado de nuevo en la cama (y con un chichón en la cabeza más grande que Maradona,…), tratando de dormir en vano: en las otras habitaciones, el resto del equipo celebraba la reciente victoria. Yo por mi parte tomaba mis antibióticos y renegaba de mi mala suerte: no podía tomarme ni un trago (cosa que el resto del equipo hacía, para variar,…) Pamelita me había dejado satisfecho en el hospital, y yo no dejaba de pensar en qué nos ocurriría a partir de ese instante, ya que esta loca aventura tenía trazas de que iba a durar,… y la verdad era que la idea de tener mis propias fanáticas y de disfrutarlas a mi antojo –y con la venia de mi novia-, me interesaba sobremanera, así como también el seguir viviendo esa vida de regalo que estaba disfrutando (buena paga por solo jugar, comodidades, etc) En eso y muchas otras cosas estaba yo pensando, cuando, de pronto, un ruidito muy conocido por mí captó mi atención:

- …..¡Mmmm!,… ¡MMMMh!!!,…. ¡ahhhhh!,…. ¡AHHHHHH!!!,…

¡Eran jadeos y gemidos de una hembra gozosa, a la cual le estaban dando con todo!!,… y provenían de la habitación de al lado: ¡LA HABITACIÓN DE FRANCISCO!!!

Para ese instante, el ver que al mocoso de mierda ese teniendo de “adorno permamente” en el cuello a mi novia me tenía encendido de los celos hacía ya rato, así que no tardé en prestar más atención; ¡ERAN LOS GEMIDOS DE PAME, DE “MI” PAME!!!! Sin importarme mi condición, y decidido a hacer un “futbolicidio”, salí en calzoncillos como una tromba de mi dormitorio: abrí la puerta del “crackcito” ese de una patada,…. Y la verdad lo que vi, me dejo lelo:

- …¡Ayyyyy,….AHHHHH,….AYYYYYY,… ASIIIIÍ “JOSÉEEEE”,,… ASIIIÍ “BURROOOOOO”!!!,… ¡DAME DUROOOO: RÓMPEME EL CULOOOO!!!!,…. ¡AHHHHHH!!!!,…

¡”La” que gritaba como una descosida, no era Pame: ERA FRANCISCO!!! (o “Francesca”, como supe al rato); ¡MI NOVIA SE ESTABA CLAVANDO EN LA CAMA A NUESTRO DELANTERO!!!

Calzando su infame “Killer” (su vergota negra en arnés), mi noviecita se hallaba vistiendo botines de fútbol, medias, canilleras y mi camiseta del equipo (que atrás llevaba estampado mi número y el “SÁNCHEZ” de mi supuesta personalidad), y con toda confianza, estaba de rodillas tras “Francesca”, quién bien maquillada y luciendo una peluca pelirroja, vestía un monísimo vestidito corto de animadora, zapatillas rosadas y mediecitas cubanas,... y le entregaba dichoso, su culito delgado y apretado, el cual se dilataba escandalosamente –dolorosamente supongo-, con cada penetrada. Sin detenerse en el salvaje mete-saca, Pamelita, toda sudorosa, volteó a verme y me dijo sonriente:

- ¡Holaaaaaaaaa!,….amorcitoooo,… esta “putita” se merecía un premio por su esfuerzo y no podía defraudarla,… -exclamó en medio de los gemidos de placer de “Fran”, y demostrándome que gozaba dándole de alma-,… ¿no te molesta, verdad amorcitooo?,… - …. Ehhhh,…. Esteee,… no, nop,… para nada,… -, dije yo, sin poder dejar de ver cómo le abría las nalgas con la vergota esa de 18 cmts. (para mis adentros pensé, “¡qué diablos, mejor que se la meta ella a él y no al revés!”) - ….Yyyyy,… ¿no se te antoja?,… -, me replicó Pame, sacándoselo del ano, sosteniendo el dildo con la mano y enseñándome su orificio bien abierto, rojizo y palpitante.

Mi negativa fue prácticamente inmediata: ya si se refería a “Killer” o a “Francesca”, definitivamente ambos estaban muy lejos de mis gustos. Con Un “como quieraaaaas” todo cantarín, Pame siguió machacándole el culito, haciendo crujir sus caderas con fuerza.

Cerré la puerta y me quedé un buen rato mirándolos: de espalditas, “Francesca”, vestida así, con sus tetitas falsas bajo el pulóver, gimiendo como una chiquilla y con su ano dilatado al máximo, se veía más que excitante, y al mismo tiempo, el sabroso culo de mi novia, alzado y tenso por atrás por las correas de cuero del dildo,… se veía más grande y alzado,… y dejándome ver desde atrás su entreabierta y mojadísima concha que parecía entreabirse ante mí a ratos, como una boquita que me llamaba. Tras decir yo un “¡qué diablos!”, me bajé los calzoncillos y de un solo envión, se la clavé con todo a mi novia: casi de inmediato, los gritos de placer de mi Pamelita se aunaron a los de “Francesca”,… su nuevo “juguetito” y personaje de esta loca y salvaje aventura,…

(CONTINUARÁ,…)

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