3 sept 2012

La fantasía del sexo en gravedad cero


Oficialmente, ningún ser humano ha tenido relaciones sexuales en el espacio. Voceros de las agencias espaciales de Estados Unidos y de Rusia se han encargado de ser enfáticos al respecto, a pesar de los rumores difundidos en los medios.

Uno de ellos, por ejemplo, dice que Mark Lee y Jan Davis, pareja de astronautas de la NASA, tuvieron relaciones en el transbordador Endeavour en 1992. Hasta el momento no se ha podido corroborar dicha suposición.

Otro rumor: el Documento 12-571-3570. Se trata de un falso informe que describe los supuestos experimentos realizados por la NASA en materia sexual, a fin de determinar cuáles serían las poses sexuales más propicias para ensayar en el espacio.

El resultado fue un Kamasutra cósmico compuesto por unas cuantas posturas debido a las especiales condiciones físicas de la gravedad cero. Si bien este fraude circula en el ciberespacio desde hace más de 15 años, hay varios websites que aún lo citan como fuente fidedigna.

CARRERA ESPACIAL

Lo que sí es cierto es que detrás de estas teorías y engaños subyace una fantasía humana muy poderosa: hacer el amor en el espacio. Ese impulso puede llegar a niveles de intensidad delirantes.

Por ejemplo, Virgin Galactic, la aerolínea espacial del magnate Richard Branson, recibió hace un tiempo una curiosa propuesta: un millón de dólares por grabar una película erótica dentro de sus aeronaves y en pleno vuelo suborbital. A pesar de la astronómica cifra, la empresa no aceptó el pedido.

Sin embargo, la certeza más dura de aceptar es que tener sexo fuera de la Tierra es un desafío nada glamoroso por el momento. El gran obstáculo: la gravedad. Según Sexo en el espacio, documental producido por History Channel, se necesitaría harto ingenio para sostener un coito exitoso.

“El principal enemigo son las leyes del movimiento de Isaac Newton. La tercera ley dice que con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria. Si empujamos algo, ese algo también nos empujará”, sostiene el físico Michio Kaku en el documental.

Se sabe también que náuseas, presión baja, sudor, pérdida de calcio, disminución en la producción de testosterona, debilitamiento del corazón, entre otros, podrían ser algunos efectos de la falta de gravedad en el cuerpo humano, los cuales dificultarían seriamente la relación sexual.

Es decir, la fantasía puede ser muy estimulante mientras flota en nuestra mente, pero materializarla puede resultar ‘matapasiones’. ¿Y usted qué opina? ¿Tendría sexo en el espacio?

DATOS

- El pez medaka fue el primer ser vivo en aparearse fuera del planeta Tierra. Ocurrió en 1994.

- Vanna Bonta, escritora estadounidense, ha diseñado una posible solución para el sexo en el espacio. Se trata del 2Suit, traje que mantiene unidos los cuerpos de la pareja para facilitar el contacto íntimo.

(FUENTE. peru21.pe)

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