16 sept 2012

Receta para cocinar un ‘best seller’ porno


’50 sombras de Grey’ renueva el género erótico y su estrategia de promoción Su gran éxito ha sido trascender el mercado especializado para llegar al gran público La clave estaría en el lavado de cara de las portadas y el márketing. 50 sombras de Grey (Grijalbo), de E. L. James, lleva cuatro meses aferrada al primer puesto de la lista de libros más vendidos de The New York Times. Se ha convertido el mayor best seller de la historia del Reino Unido. Ha despachado 800.000 ejemplares en castellano. Y es una novela erótica. El eterno mito de Pigmalión aderezado con esposas y elevado a la categoría de fenómeno literario gracias, en parte, a una inteligente campaña de márketing.

Un éxito más que codiciable dentro del menguante mercado editorial y que todos los sellos tratan de emular renovando sus entumecidas divisiones de romántica. Como lo prueba, por ejemplo, que una de las grandes apuestas de Espasa para esta otoño sea No te escondo nada, de Sylvia Day, una historia de pasiones tormentosas que se publicita bajo el eslogan “Si quieres más, este es tu libro”, en clara referencia a la trilogía de James, a la que pisa los talones en los ránkings anglosajones.

La elección de una portada sobria -"que no da vergüenza llevar en el metro"- ha sido decisiva en el éxito comercial de la trilogía de E. L. James

Pero para repetir la receta de 50 sombras de Grey no basta, en palabras de su editora Ana Liarás, con “encontrar un equilibrio entre lo romántico y lo erótico”. El secreto no reside en incluir episodios de “porno soft narrados desde el punto de vista de la mujer”, según Ernest Folch, director editorial de Ediciones B. El gran triunfo de la saga ha consistido en trascender el nicho de mercado del género rosa para llegar al gran público.

“Cada vez más mujeres hablan abiertamente de este libro sin ningún reparo, sin sentir vergüenza. Y es sólo el principio”, resume Cristina Hernández Johansson, editora del sello Planeta Internacional, que esta temporada se une a la tendencia con Indiscreción, de Charles Dubow.

En esta desestigmatización ha jugado un papel determinante el inusual tratamiento estético y promocional que ha recibido la novela, según explica el responsable de márketing de Espasa, David Cebrián: “Es cierto que la trilogía tiene un poder de enganche tremendo, pero ha llegado a tanta gente porque su estrategia de comunicación estaba dirigida a ponerla en valor, vender que es una novela sofisticada y distinta a las típicas que tienen un escocés de torso desnudo en la tapa.

Se le ha sometido a un lavado de cara para atraer a nuevos lectores que, precisamente por esta imagen estereotipada, no se hubiesen acercado a la novela”.

Leer a Corín Tellado no está igual de bien visto que devorar la saga 50 sombras. Aunque, en esencia, se trate del mismo tipo de historias, etiquetables cualquiera de ellas con tres rombos rosas. Según el responsable de diseño de Grijalbo, Ferrán López, la elección de una portada sobria y conceptual –unas esposas sobre un fondo gris- ha sido decisiva en la popularización de la obra de James. Tanto que, en su opinión, una cubierta más explícita y tradicional hubiese frenado las ventas.

“Casi todos los países hemos adoptado el diseño estadounidense. Aunque al principio nos pareció un poco arriesgado porque no encajaba en los códigos gráficos tradicionales del género. Pero precisamente por eso consiguió conectar con un público más joven.

No daba vergüenza llevarla en el metro y lanzaba un mensaje claro: esta es una novela erótica pero diferente”, aclara. Una tendencia gráfica que se ha impuesto por su eficacia.

En la carátula de No te escondo nada, por ejemplo, no aparecen más elementos que unos sobrios gemelos dorados.

(FUENTE: elpais.com)

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