14 jun 2011

Abierta las 24 horas




Un relato de: Krakkenhere.

Se me hacía muy tarde, y en eso solo yo pensaba, mientras aceleraba al máximo, en mi vieja y pobremente poderosa moto “Vespa”. Era el cumpleaños de mi novia y (¡maldito gerente!,…), mi jefe me había hecho quedarme hasta pasadas las doce, culminando un informe urgente. Estaba yo como loca, esquivando el tráfico de sábado por la noche y buscando con la vista a la vez, con desespero, una tienda abierta para comprarle algo a mi amorcito: mi ciudad es pequeña y, puedes encontrar bares abiertos toda la noche, ¡pero una tienda o comercio pasadas las 12 de la noche ni hablar!!!,… y yo temblaba como una hoja, preocupada y azorada: una, que hacía un frío del demonio y no tenía tiempo para cambiarme en casa; otra que Mónica (mi novia), ¡de seguro ya estaba hecha una furia, por ue yo no llegaba!!!, y para colmo, la batería de mi cel había “muerto”… y lo peor de todo: no le había comprado ni siquiera una tarjeta: necesitaba con desesperación una tienda abierta.

Finalmente mi suerte cambió: ¡volteé una esquina y encontré una tienda abierta!!; era nueva y la tienda esa, muy bien surtida a primera vista, mostraba un inmenso letrero luminoso al frente: “ABIERTO LAS 24 HORAS”. Como una loca desesperada, me estacioné al frente y salté en pos de la puerta; entré agitadísima, y no paré hasta llegar al mostrador: ahí, hojeando una revista y oyendo la radio a volumen bajo, estaba una muchacha.

¡La cara que puso al verme como yo estaba!!; como había salido apenas hacía unos minutos del trabajo, vestía una pintaaaa,… digamos que nada interesante: vestía yo mi uniforme: pantalón azul oscuro, de esos que no te lucen casi nada (a pesar de que tengo bonitas caderas: bueno, eso dice Mónica), blusa blanca de manga larga abotonada hasta el cuello, chalequín y saco azul también encima, y zapatos cuadrados, de tacón bajo,… ¡y por la carrera por la ciudad, tenía yo mi cabello tooooodo despeinado,… a pesar de haberlo llevado amarrado. Y para rematar mi estampa, estaba con mis lentes completamente empañados por mi respiración agitada. Bueno,… como verán yo no soy una belleza, ¡pero la chica de la tienda sí que lo era!!! Tendría no más de 21, era alta, espigada, de piel clara, cabello rubio cortado a paje,… tenía un rostro de porcelana, ojos azules y naricita respingada, ¡y estaba vestidaaaaa!!!!; llevaba encima (a pesar del frío de afuera), unos shorts de jean raídos, que le permitían lucir unas preciosas y bien torneadas piernas y que pude ver por encima del mostrador (en el cual yo estaba casi tirada encima, rendida), pero lo que me turbó por completo fue su camiseta: ¡era un polito amarillo viejo, casi transparente, y prácticamente era solo dos tiritas que lo sostenían en los hombros,… y con un escote que le llegaba casi hasta el ombligo!!! (¡palabra!,…),… ¡Mmmm!!!,… y que dejaba ver casi por completo sus deliciosos, blancos y juveniles pechos!!! Rara vez me turbaba una chica hermosa (tengo novia!,…), pero,… la chica de la tienda era tan bella que me dejó sin habla por un rato.

- …¿Sí,… en qué la puedo atender?,…-, me dijo entonces, alzando la vista y viéndome con sus preciosos y ansiosos ojos.

Tras tomar aire y alisarme el cabello, recordé a lo que iba:

- …¡Necesito,… necesito un regalo,… para dama!,… -, le dije.

Con total parsimonia (yo diría que más bien, moviéndose como una gata), la niña esa se puso de pie y comenzó a salir del mostrador, mostrándome su preciosa figura:

- …Si, bueno,… tenemos unas carteras bien bonitas que nos han llegado recién. Están al fondo, ¿vamos a verlas?,…

Su voz era deliciosa y cantarina y yo, como nunca en mi vida, la seguí alelada. Tenía una colita paradita y apretada. La tienda era más o menos grande y las carteras estaban al fondo mismo, al lado de una puerta. La tienda estaba completamente solitaria, así que la chica –supuse yo- se desvivía por que comprara una cartera. Eran lindas, pero yo, ¡maldita indecisa!, no sabía cual escoger: tenía la cabeza hecha un lío; pasaba de pensar en que Mónica me mataría,… y en no ser descubierta, mientras le oteaba por encima del escote,… los pechos a la vendedora.

- ¿Le gusta alguna? -, me dijo entonces, casi sorprendiéndome.
- …Es que no sé,…. ¿cuál escogerías?,… -, le solté, en busca de ayuda.
- Bueno,… esta en rojo, acá arriba, me gusta mucho,…

Fue entonces que pasó: parándose en puntitas de pie, se estiró todo lo que pudo, hasta bajar una cartera roja, colgada en un perchero muy alto, en la pared. Al bajar y mostrármela, la cara se me encendió en un instante: ¡CON EL ESFUERZO, SE LE HABÍA CAÍDO UN TIRANTE DE LA CAMISETITA ESA,… SU DELICIOSA TETA SE MOSTRABA AHORA ANTE MÍ POR COMPLETO!!!! La vendedora ni se daba cuenta del hecho y, mientras me mostraba los bolsillos y abría los cierres de la cartera, yo ni la escuchaba, viéndole: su pecho era redondito, blanquísimo, se veía taaaan suave!,… y su pezón rosadito, se veía completamente erecto, incitante,… ¡era una divina fresita, que me pedía a gritos morderlaaaaaa!!!! En un instante, me olvidé de mi novia: lo admito, pero después de luchar conmigo misma, aparté todas las ideas que se me venían a la cabeza:

- …¿Le gusta?,… -, me dijo la nena.
- …Esteeee,… sí,…. Si me gusta,… peroooo,… -empecé a tartamudear, coloradísima de la vergüenza y haciéndole señas-,… es queeee,…. No puedo decidir,…. Por queeeee,…. esteee,… es queeee,… ¡glub!,… se te ha caidoo,…. ¡ejem!,… se te ve la teta,…. ehhhh,….

Con una inocencia increíble, bajó su vista y se vió su pechito desnudo: yo sudaba. Se lo vió y tras decir “...Ah, esto,…”-, levantó su preciosa carita para verme, y su rostro se transformó: su boca se entreabrió, como pidiendo un beso con desespero, mientras me clavaba fijamente una mirada de esas: ebria de deseo.

- …Ah, esto quería,… -me soltó con una voz que me descolocó toda. Luego miró a todos lados, como asegurándose que estábamos solas-,… bueno, la verdad es que yo tengo novia y ya me viene a buscar, pero,… si nos apuramos, la podemos pasar bien,…

Sus palabras me paralizaron por completo; “que la podemos pasar bien,…” Me retumbó en el cerebro, pero ¡NOOO!!, ¡yo rengo pareja y le soy fiel!!, fue lo que pensé casi al instante, aferrándome a mi propia cartera con desespero. Quise replicar, decirle que ni loca, pero no me dejó: tras asegurarse que nadie nos veía, abrió con el pie una puerta a sus espaldas; era la trastienda, ¡y sonriéndose se bajó el otro tirante de su polito, DEJÁNDOME VER SUS TETAS RIQUÍSIMAS!!! Yo estaba estremecida de deseo y de pavor ante tan extraña situación, que jamás me había imaginado ni en mis más locas fantasías, pero,… como una robot, caminé hacia ella, entrando en esa infame trastienda.

Ya adentro, el cuerpo me pedía sexo, pero no dejaba de pensar en mi novia: ¡quería yo luchar contra el deseo!, pero no podía: ya apoyada casi contra unas cajas, la chiquilla esa también se bajó sus shorts a toda prisa, ¡la muy condenada no traía calzoncito debajo y toda obscena ella, me mostraba feliz su conchita depilada y apretada!!!! Como una fiera, se me abalanzó y, empujándome contra el costado de la puerta, comenzó a besarme con loca pasión: ¡Diossssss, era una locaaaaa!!!, en segundos me empañó los lentes con su aliento cálido y dulce, mientras me introducía la lengua hasta la garganta, ¡una y otra y otra vezzz!!!!!, para luego lamerle el cuello con desespero, mientras me desbotonaba a tirones, el saco y el chalequín.

- ….¡NO, NO NOOOO!!!,… -susurraba yo, tratando de evitar ser violada por esa chiquilla ardiente-, ¡no por favor,… por favooooor,… tengo novia, nooo!!!,…¡por favor detenteeeeee!!!!,…¡aaah!!!,…

Pero ella no me hacía caso: me quitó el saco y el chalequín, para luego tirarlos al suelo. Podía sentir su conchita húmeda, ardiendo, frotándose con desespero contra una de mis rodillas. El corazón me latía completamente descontrolado, mientras que yo, casi sin fuerza (producto del desespero, imagino), apenas trataba de impedirle el desnudarme. Jadeante, enloquecida, la chiquilla me volvió a mirar con esa mirada preciosa que tenía y, antes de abrirme la blusa, solo me dijo:

- ...¡Apurémonos: mi novia ya va a llegar!,…

¡De un tirón bárbaro me reventó la blusa, obligándome a mostrarle mis pechoooos!! Mi novia, Mónica, era apasionada si,… ¡pero no como esa chiquilla: ELLA ERA UNA BOMBA, SUS MANOS ERAN PURA PASIÓN DESCONTROLADA!!! En pocos instantes, mi blusa cayó al suelo también; luego, como una experta, desabrochó mi brassiere y casi me lo arrancó, tirándolo al fondo de la trastienda, haciendo que mis tetas se muestren ante sus ojos ansiosos, bamboleantes y con mis pezones erectos al máximo.

Lo que hizo después, simplemente me enloqueció: a la fuerza, me obligó a tenderme en el suelo, mientras yo no paraba de rogarle que se detenga; luego, mordisqueando con desespero mis pechos, acostó su delicioso cuerpecito juvenil, desnudo y ardiendo de pasión, sobre mí: ¡enloquecida, tiró de mi pantalón, de mis panties y de mi calzoncito a la vez, jalándomelos para abajo, buscando desnudarme todaaaaa!!!

- …¡No por favooooor,….detente!!!,… ¡detenteeeee!!!!,… -le gemía yo, como si fuese una colegial aterrada, mientras trataba de apretar yo las piernas una contra la otra, impidiéndole desvestirme,… pero la verdad es que estaba yo ya mojadísima en extremo-,….. ¡para!,… ¡paraaaaa!!!,… ¡te lo ruegooooo!!!,… ¡deténteeeeeee!!!,…

¡Era increíble: ME ESTABA VIOLANDO UNA CHICA Y LO ESTABA GOZANDO COMO NUNCA!!! Mis entonces vagos esfuerzos terminaron: un tirón final y me tuvo desnuda por completo, temblando, tirada en el piso frío,… y deseosa de ser cogida. Después de tirar mis prendas por ahí, me abrió de piernas y recorrió con su lengua, de un solo tirón, una de mis piernas, mi entrepierna, mi conchita, y de ahí a mi ombligo, mi cintura y terminó en una de mis tetas; ¡ESE LENGUETAZO ME REVENTÓ EL CEREBRO!!!, y cuando acostó todo su cuerpito sobre el mío, frotándolo con desespero, ya no me pude contener: ¡comencé a besarla como una demente, a morderle sus labios apretaditos, su lengua divina, sus tetitas!!! Mi concha y la suya se frotaban a un ritmo demencial, inundándonos a ambas, con los abundantes jugos de nuestras entrepiernas; ¡la rubiecita esa me estaba haciendo convulsionar!!! Casi muero de gozo, al sentir dos de sus delgados dedos, penetrándome el ano y la raja a la vez, mientras me metía esa lenguita deliciosa que tenía en la boca; le estrujé con desespero, sus deliciosas nalguitas, mientras ella frotaba sus tetitas contra las mías. Movía las caderas como una experta, haciendo que sus labios vaginales casi sorbieran los míos, haciendo que mi clítoris, duro ya como piedra, descargase por todo mi ser descargas de placer que me hacían convulsionar toda!!; ¡entonces me abrí de piernas como una golfa y le rogué, llorando de desespero, que me la coma!!!! Presta y siempre sonriente, lo hizo al instante: abriéndome yo la concha por completo, comenzó a sorberme el clítoris salvajemente.

- ¡Ahhhh!,… ¡MMMMhhhh!!!,…. ¡Ohhhh!!,… ¡OOOhhhh!!!,… ¡Hummmm!!!,… ¡AAAAhhh!!!!,…. ¡AAAAAAAHHHHH!!!!!,…

No tuvo piedad conmigo: me sorbió el botoncito con tal fuerza que casi no tardé nada en tener el más potente orgasmo de mi vida, soltando yo un grito animal, de hembra gozosa, mientras descargaba sin control, una tremenda marea de placer en su carita de princesa. Nos quedamos entonces ahí, desnudas y húmedas por completo, jadeando con fuerza, y abrazadas contra una pared; todo apenas habrá durado 10 minutos, ¡pero qué minutos!!!, esa chiquilla me había hecho sentir más mujer que nadie ni nada en mi vida,…y siendo sinceras, me hizo olvidar por un instante, en mi novia y en mi pasada fidelidad.

Estaba yo dichosa, con el corazón en la boca y a punto de decirle algo (quizás que la amaba,… no sé,…), cuando un timbrecito nos sobresaltó a ambas: alguien había entrado a la tienda. Entonces la rubiecita (nunca supe su nombre), echó un vistazo desde la puerta: lo que me dijo me heló la sangre:

- …¡ES MI NOVIA: VÍSTETE, DEBES IRTE AHORA!!!!,…
- …¿Qué?,…
- …¡Que es mi novia, carajo!!!,… -me dijo mientras se vestía a toda velocidad. Su carita se transformó en una mueca de pavor, aterrándome-, ¡VÍSTETE Y VETE: ES UNA LOCA, Y ES FISICULTURISTA: SI NOS PESCA, NO MATA!!!!,…

Apenas escuché eso, reaccioné: recordé la locura en la que me había metido, ¡y en Mónica, MI PROPIA NOVIA!!!; comencé a vestirme y valgan verdades, debo haber roto algún record al hacerlo; casi acababa cuando la chiquilla ya estaba junto a la puerta, vestida, y apurándome:

- …¿Wendy?,… -, se escuchó una voz femenina desde afuera, y pasos que se acercaban.
- …¡VÍSTETE Y VETE!,… -me imprecó a voz baja la chiquilla-, ¡VETE Y NO VUELVAS MÁS!,…

Aprovechando los estantes altos de la tienda, enfilé apurada hacia la puerta, mientras la chiquilla se apresuraba hacia le mostrador. Cerca de la puerta, me crucé con la novia de ella: apenas la ví de reojo,… y me llevaba más de una cabeza de altura y como dos cuerpos de ancho: eso fue suficiente para mí.

Ya afuera, y con el corazón desbocado, prendí la moto y salí disparada. Cuando ya estaba bien lejos, comencé a pensar en la locura que había hecho, en lo mal que debía estar vestida en ese rato, en mi brassier abandonado por ahí en la trastienda, en la fiesta de Mónica y en lo tarde en que llegaría,… en que no tenía ni un regalo como excusa,… en,… ¡EN MI CARTERA, MI BILLETERA, MIS LLAVES, MI CELULAR, MIS TARJETAS DE CRÉDITOOOOOO!!!!,…

************

Ana entró a la tienda de Wendy; como siempre a esa hora, la tienda estaba vacía,… y Wendy –para variar-, no estaba en el mostrador. Ana no entendía cómo su novia pretendía ganar algo, llevando así ese negocio. Tras llamarla a voces, recorrió los estantes aburrida, para luego acercarse de nuevo al mostrador: en eso estaba cuando una tipa se le cruzó, saliendo desesperada. Solo vió que era una flaca anteojuda, vestida de oficinista (y vestía como recién salida de la cama!,…) Sin darle importancia, caminó hacia el mostrador: Wendy llegaba de atrás de la tienda, seguro que del baño.

- Hola amor.
- Hola, mi cielo-, le respondió Wendy, mientras le daba un tierno beso.
- Oye, ¿y esa?,… -, exclamó entonces Ana, al ver una moto acelerando a todo vapor, allá afuera.
- …Ah, entró a ver,… -le replicó Wendy, muy quitada de la pena, alisándose el cabello-, se le habrá hecho tarde para algo, supongo,..
- ..Uhú,..

Ya arreglada, Wendy se puso una gorra y su casaca jean, de pegas bordadas, que tanto detestaba la novia de Wendy; “¿cuándo aprenderá a vestirse?”, pensó Ana, haciendo una mueca de fastidio. Su novia entonces sonrió y la vió con esos ojos azules que tanto la enloquecían y le dijo:

- …¿Nos vamos, amor?,…
- Oye,… -le replicó Ana-, tu tienda dice “ABIERTA LAS 24 HORAS”. Es sábado por la noche, ¿no deberías atender de corrido?,..

Wendy caminó como sólo ella lo sabe hacer: como una gata en celo, la tomó del cuello y la besó con pasión, metiéndole esa deliciosa lengua hasta el fondo. Luego le dijo lo de siempre:

- Ya sabes amor, que ese cartel es solo un “gancho” hasta que el negocio mejore: después lo quitaré. ¿Quieres ir a tomar algo y luego a la disco?, yo invito,…

Entonces Ana iba a increparle por ser tan gastadora, hasta que vio que Wendy sacaba billetes de una cartera, contándolos. Parecía haber sido un muy buen día. Entonces pensó para sí misma: “bueno (suspiro), al menos el negocio no parece ir tan mal,… ¡ashhhh: ojalá dejara esa costumbre de usar TODOS LOS DÍAS, esas carteras horrorosas que vende, y que exhibe allá atrás, junto a la trastienda!!!!”

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