1 jun 2011

Medianoche caliente



Un relato de: Krakhenhere.

- …Son las 11 de la noche y 35 minutos,… ¡mmmm!,…la noche está nublada pero deliciosa, mis queridas gatitas,… - se dejaba escuchar esa deliciosa voz, melosa, sexy,… casi jadeante y que me tenía enloquecida-,… ¡hace frío en la ciudad, mis preciosas, pero aquí está con ustedes Scarla, la gata caliente, acompañándolas en esta noche de martes hasta el amanecer de un nuevo día y con la mejor música de la ciudad,… (suspiro),… ¡cuidado chica: estoy que arrrdoooo!,… y, ¿quién sabe?, quizás me porte mal esta noche,…

¡Tu voz es divina, Scarla!, pensaba yo, imaginándomela de mil maneras distintas: sensual, preciosa,… toda una bomba sexy,... ¡parecía yo una colegiala enamorada! Cada noche solitaria en mi dormitorio, sola, estudiando, se había vuelto un placer y a la vez una tortura, escuchando hasta el amanecer esa voz embriagadora, súper erótica,… ¡mmm, imposible de ignorar!

- … ya saben nenas, Scarla, su gatita caliente les acompaña hasta el nuevo día, en los 94.7 FM de su dial,… acompáñame y si te portas bien,… te daré un regalo muuuuy calienteee!,….

Apenas vestida con mi pijama -una camiseta vieja y enorme-, y sin braguitas (¡ya no las soportaba desde que escuché por primera vez su programa!,…), me revolcaba de un lado para otro, frotando mis piernas insistentemente, disfrutando de la delicia que me provocaba esa voz enloquecedora, que por sí sola, me hacía humedecer casi por completo; ¿qué me iba a imaginar yo que, evitando dormirme al estudiar para los parciales del semestre pasado, prendería la radio, como cualquier cosa, y descubriría así a mi amor platónico, a mi tortura,… A MI SCARLA!! Nunca antes me había ocurrido algo parecido: cuando era una beba, me enamoré de mi rockera favorita; en el cole, de las enormes tetas de mi profesora de inglés,… luego, del divino cuerpo adolescente de Lorena, mi primer amor (y mi primer beso tímido), y ahora, en la universidad, me excitaba deseando con locura, a divinas bellezas: rubias, morenas, siempre esculturales y que ni siquiera sabían que yo existía. Ya conocía yo el amor platónico,… el amor a primera vista, ¡PERO POR PRIMERA VEZ ME ENAMORABA LOCAMENTE DE UNA VOZ!!

Sintiéndome dichosa, disfrutando de “su compañía”, me reía quedamente, como si fuese una travesura; “Scarla”, la voz más sexy de las radios de la ciudad, era para mí y para todos los que la oían, solo eso: una voz, un nombre ficticio, del cual nada se sabía,… solo ponía durante toda la noche música romántica y “calentaba” la noche (¡Y A MÍ ME SOFOCABA, ME ABRASABA!!!), con su voz perfecta, jadeante, media ronquita, y profundamente erótica. Nada se sabía de ella: nunca aparecía una foto de ella en la prensa o en la Internet, lo cual mandaba mi juvenil imaginación hasta la estratosfera,…

- …Siendo ya las 11.59, nos acercamos a un nuevo día, pero la noche aún es joven,… ¡mmmm!!,… ¿saben qué, mis gatitas?,…. la noche recién comienza y estoy que arrrrdooo!!,… y como toda una gatita ardiente, voy a saltar al tejado y voy a hacer travesuras,…. ¡mmmm!!!,… alguien me espera bajo la luna y les dejo mientras con una canción,…. ¡pórtense mal como Scarlaaaa,…. mmmhhhh!!!,… ¡ooohhh!!!,…

¡Esa parte de su programa me enloquecía!; Scarla jadeaba, soltaba unos tremendos suspiros,… ¡oooh!, ¡su voz sensual, de hembra en celo, me excitaba al máximo!!! Era su “gancho”, su “marca registrada”: apenas llegada la medianoche, mi amada locutora se volvía puro fuego, haciendo que su voz encendiese cada milímetro de mi piel: entonces cerraba yo los ojos y, recostándome boca abajo, bajaba mi mano, ansiosa, acariciando temblorosamente mi vientre, descendiendo aún más debajo de mi ombligo, abriendo paso mis dedos por mi pubis, hasta mi casi irresistible, húmedo y ultrasensible intimidad:

- ….¡Ohhhh: te amo, Scarla!!!!,…

Recogiendo mis rodillas juntas, alzando mi cola, introducía mis dedos en mi conchita inundada, provocándome espasmos de gozo, imaginándome que eran los dedos de mi amada amante, su lengua, mmm, de voz puro sexo y apariencia anónima; ¡qué deliciaaaa!, ¡auhmmm!!!!, ¡ahh!,… mordisqueaba mi almohada con loco desespero, pensando en que lo haría así si fuese su cuello, desesperándome gozosamente, sintiendo mis delgados dedos entrando sin dificultad, hasta lo hondo de mis entrañas ardientes. Acariciándome rápidamente mi clítoris erecto con la punta del dedo, me revolvía en mí misma con locura, pasando de abrirme de piernas a cerrarlas de golpe en un instante comenzaba yo a sentir el divino gozo de masturbarme pensando en Scarla, mi amada, mi deseo inalcanzableeeee,.. ¡hummmmm!!!,….

Así eran mis días: ir a clases, suspirar por una o por todas esas chicas de la Universidad, y por las noches,… sufrir hasta el amanecer, escuchando a Scarla. Todo pudo seguir igual y yo nunca atreverme nunca a nada, hasta que llegó el aniversario de la Universidad: en el estacionamiento de la U, montaron esa tarde un inmenso escenario: en la noche, habría un concierto con bandas de rock local. En medio de la euforia local, no sé cómo accedí a ir con mis compañeras de clase al concierto. Ya pasadas las horas, y en medio del gentío, me pasaron una botella de licor, así, a lo clandestino, de la cual apuré un buen trago: ¡era asquerooooossssso! (como todo licor barato que uno toma en los años de universidad) Mis compañeras se habían hecho amigas de un grupo de alegres chicas de la Facultad de Industria Alimentaria,… y ellas se estaban ganando sus buenos billetes, vendiendo sin parar botellas de sus “experimentos”: macerados de licor hechos con todo fruto y tubérculo que una se pueda imaginar. Fue asi que, yo ya descontrolada por el alcohol, salté bailé, canté y grité como nunca en la vida, al ritmo de la música.

Poco a poco la cabeza se me embotó por completo; estaba yo “ida”,… y al mismo tiempo, sentía que la entrepierna me ardía de deseo: ¡moría por amar y ser amada por una hembra!!! Entonces posé mi vista en una chica de Industria Alimentaria: se llamaba Vanessa, era una alta y larguirucha rubiecita de pelo largo y lacio, que bailaba eufórica en nuestro grupo,… sin darse cuenta que, en el frenesí del baile, sus redonditas tetas saltaban dentro de su camiseta sin control,… frente a mis ojos deseos,…haciendo que mi corazón casi explotase en mi pecho. Ebria, alocada por la calentura que llevaba encima, casi no aguantaba mi entrepierna mojada como nunca en mi vida; comencé a conversarle de todo: ¡de todas esas estupideces que decimos cuando estamos embobadas por alguien!! Vanessa me sonreía y llenaba mi vaso sin cesar. Cuando, ya ebria por completo, Vanessa me dijo sonriente “acompáñame al baño,…”, casi me morí de la impresión. Abrazadas, tambaleándonos, fuimos a los baños de una Facultad cercana.

Mi cara, mi cuerpo,…. ¡todo mi ser hervía de deseo!!! El baño estaba desierto y yo jadeaba como una loca, mientras aguardaba a Vanessa que orinaba en un excusado, con la puerta cerrada: ¡DESEABA ENTRAR Y VIOLARLA!!,… no me averguenza decir que, me abrí de piernas y me masturbé sobre los jeans, como una loca, esperando que saliese.

Ya al abrirse la puerta del excusado, y acabada toda mi resistencia, hice una locura: ¡como una loca me le fui encima y abrazándola con desespero, frotándome mi cuerpo contra su delgada y curvilínea figura,…. LA BESÉ!!!, ¡siiii, la besé con furia, mordiéndole los labios, metiéndole la lenguaaaaa!!! Fueron contados segundos hasta que la dura realidad me sacara de golpe de mi enloquecimiento; su mano voló con firmeza y un ¡TAZ!!, me hizo saber en un instante, la locura que había yo hecho. Vanessa no me dijo nada: solo me miró con desprecio y me dejó ahí sola, en el baño. Me pasé una hora completa encerrada en un excusado: afuera todos reían y cantaban,… mientras yo no paraba de llorar. Ni sé cómo me fui; simplemente me paré y no me detuve hasta llegar a un bar del centro.

Frente a una botella de tequila, en la barra del bar, sola y desolada, pude haberme pasado la noche completa,… la vida completa, sufriendo,… muriéndome de la pena y de la necesidad de amor cuando pasó lo impensado: el barman del lugar estaba realmente atareado y, en un instante, olvidó poner música; como tenía que atender a los parroquianos, en un movimiento ágil, encendió la radio: ¡el corazón me dio un vuelco de pronto, al escuchar esa divina voz!!!!

- …Siendo ya las 10.45, nos acercamos a las once de la noche,…. Mmm,…. pero la noche aún es joven,… ¡mmmm!!,… ¿saben qué, mis gatitas?,…. la noche para mí recién comienza y estoy que arrrrdooo!!,… y como toda una gatita ardiente, quiero saltar al tejado y hacer travesuras,…. ¡mmmm!!!,… alguien me espera aquí, bajo la luna y les dejo mientras con una canción,…. ¡pórtense mal como Scarlaaaa,…. mmmhhhh!!!,… ¡ooohhh!!!,…

¡Había hecho yo un papelón, me sentía fatal y,…. Esa voz divina y embriagadora, la de Scarla, venía a enloquecerme,… a salvarme,…. A encenderme de nuevooooo!!! Mi cabeza daba vueltas sin control: parte por la decepción sufrida, parte por la vergüenza y parte por que esa ¡maldita y bendita voz!!!,… volvía a hacer que mi entrepierna aún virgen,…. ¡SIII, VIRGEN AÚN DE UNA LENGUA DE HEMBRA, DE DEDOS DE MUJER,… DEL FROTE DE UN CLÍTORÍS ERECTOOOO!!! Apuré los vasos de licor sin control: ¡casi me peleé con el barman cuando quiso apagar la radio!,… el cuerpo aún me pedía placer,… así que no lo pensé dos veces. Vacié de golpe la botella y me enrumbé hacia la noche ignota.

Entre temblando al edificio de la estación de radio, pero ya totalmente decidida: conocería a Scarla esa misma moche, sí o sí. Me alisé el cabello lo mejor que pude, atravesando el umbral de la calle. El vestíbulo estaba desierto, salvo por un guardia de seguridad, demasiado gordo y viejo como para que le interesase realmente su trabajo: dormía a pierna suelta, apoyando la cabeza contra su escritorio, roncando de una manera fenomenal.

- …Perdón, señor,… ¿La radio?,… -, le pregunté apenas, tímidísima,… y rezando para que no se dé cuenta que yo estaba borracha.
- ….Mmmmm,…. Séptimo piso,… aummmm,… -se desperezó y me dijo, sin apenas levantar la cabeza-,… ascensor,…. cuarta puerta a la derecha,…. Mmm,….

Caminando hacia el elevador, todos los temores me abrumaron por completo: ¿y si Scarla no era lo que yo esperaba?, ¿y si me consideraba fea?,… ¿y si me rechazaba?, ¡no podría yo soportar dos rechazos en el mismo día! Alargué mi mano y traté de pulsar el botón del elevador; quería detenerlo y salir corriendo del edificio,… cuando la música ambiental que se escuchaba en el elevador se cortó de pronto, y mi pesadilla comenzó:

- … Ya lo saben nenas,… -se dejó escuchar esa voz que me tenía atormentada-,… Scarla, su gatita caliente les acompaña hasta el nuevo día, en los 94.7 FM de su dial,… ¡mmmmm!, ¡acompáñame, siiiii!,… y si te portas bien,… ¡te daré un regalo muuuuy calienteee!,….

Como una zombie me sentí de pronto transportada a un mundo completamente nuevo: ¡en un segundo, mi conchita se mojó por completo sólo de oír esa voz, ronquita y deliciosa!; casi caí de rodillas sobre mi sitio,… apretándome el pubis con ambas manos, ¡con todas mis fuerzaaaaaas!!! Jadeaba como loca, temblaba sintiendo cómo un hirviente ardor se deslizaba sin control, desde mi más profunda intimidad, para impregnar mi rajita entreabierta y mis bragas, hasta casi inundarlas! Casi me desvanecí de gozo al sentir ese orgasmo increíble, ocasionado en mí, solo por una voz,…

Finalmente llegué al séptimo piso y tras atravesar temblorosa la puerta, caminé por el pasadizo desierto, entre aterrada y ansiosa, buscando, contando con el corazón saltándoseme del pecho, las puertas cerradas y con la luz apagada, hasta llegar a la cuarta puerta a la derecha: la única que mostraba una luz encendida, iluminando el logo en el vidrio. Abrí la puerta y la música romántica me inundó por completo: era una radio diminuta y no había ahí nadie. Lentamente, caminé por el piso alfombrado, sintiéndome cual una intrusa, y temblando sin parar. Algunos pasos después atisbé una puerta abierta y sin pensarlo me dirigí hacia ahí. Cada paso era para mí una tortura horrenda y a la vez deliciosa: sentía que me dirigía, a la vez a la perdición y al paraíso.

Apenas atravesé un poco esa puerta, la ví; en medio de una cabina solitaria, frente a un micrófono y a una computadora, se hallaba ella: ¡era preciosaaaa!!! Sentada en un banco alto con una pierna recogida y con la otra estirada cuan larga era, se lucía frente a mí en una pose de erotismo natural que me hizo mojarme de inmediato; era más alta que yo, mulata, de un tono de piel aceitunado que era una delicia solo de verla. Cintura estrecha, piernas larguísimas, suculentas y bien torneadas, remataba su escultural figura con unas caderas inmensas, un culo de infarto y un par de firmes tetas que se adivinaban de pezones grandes. Su rostro era divino: labios gruesos y carnosos, nariz fina y enormes ojos negros como la noche; su cabellera azabache, toda bucles, largos y rebeldes, la hacían verse toda una salvaje e indomable diosa del sexo. Vestía apenas un short de jeans viejos, cortísimo (que casi no soportaba dentro suyo su culo inmenso y suculento), una camiseta holgada y escotada y unas sandalias ¡me sentí diminuta ante tal monumento de mujer!! No podía yo equivocarme: semejante hermosura debía se Scarla.

- …Aguarda un momento, preciosa,… -me dijo de golpe, volteando hacia mí, regalándome una sonrisa preciosa, clavándome la mirada y usando esa voz ronca y sensual suya y solo suya: ¡ERA ELLA, ERA ELLA, ERA SCARLA!!!!
Ajustándose los audífonos que llevaba encima, pulsó algunos controles del panel y tras teclear la compu, acercó sus labios suculentos, rojísimos al micrófono y soltó esa frase divina que recordaré siempre:

- …Siendo ya las 11.45, ya nos acercamos a la medianoche,…. Mmm,…. pero la noche aún es joven,… ¡mmmm!!,… ¿saben qué, mis gatitas?,…. la noche para mí recién comienza y estoy que arrrrdooo!!,… alguien me espera aquí, bajo la luna: me voy a portar muuuuuy maaaaal!,…así que les dejo mientras, con una canción muuuuy ardiente como yoooo, Scarla,... ¡pórtense mal como yo, mmmhhhh!!!,… ¡ooohhh!!!,… ¡OHHHH!!!,…

¡Sentí que iba a morir de gozo!, mientras Scarla, la preciosa Scarla, mi voz de diosa hecha mujer tecleaba frente a la computadora y soltaba una deliciosa canción de Phil Collins, yo pasaba de la más completa dicha a sufrir un súbito huracán de ideas en mi cabeza: ahora, ¿qué le diría?, ¿de qué le voy a hablar?, ¿se reirá de mi cara de tonta fan enamorada?, ¿se dará cuenta que estoy borracha?, ¿y si me atrevo a,…?, ¡no, no NO!,… no puedo decirle mis sentimientos más profundos,… mis deseos más inconfesables,…

Azorada ante el atrevimiento que yo había tenido hasta ese momento –y sin saber qué hacer a continuación-, vi cómo se quitaba los audífonos, giraba sensualmente su cabeza hacia mí, revoloteando su hermosa y rebelde melena, ¡comencé a temblar como un animalito asustado! Me clavó la mirada y me soltó su deliciosa sonrisa:

- …Ahora si preciosa, soy toda tuya,…

¡Me dijo preciosa, me dijo preciosa!!!,… y yo hecha una tonta, balbuciendo y sin dejar de sonreír,… Entonces pasó: se bajó del banco alto y, contoneando sus caderas, sin dejar de verme fijamente, avanzó hacia mí:

- ….Hummm!,… no me digas nada,… -me dijo pegándoseme por completo, descuadrándome por completo, mientras sellaba mis labios con uno de sus largos y suaves dedos-, ya sé lo que deseas,…

¡No me dejó hacer nada: me tomó con fuerza la cabeza y me besó!!!! Sus labios carnosos eran divinos, cálidos, casi ardientes,… ¡casi me comían la boca, mientras su lengua larga me recorría hasta lo hondo, me succionaba todaaaa!! Cerré los ojos y disfruté por primera vez, los labios de una mujer ardiente y deseosa,… mmmmm,… ¡yo era plastilina en su poder! Comencé a temblar como loca: ¡mis manos temblaban, quería abrazarla, acariciarla toda y no me atrevía! Afortunadamente, la preciosa Scarla me supo guiar: sin dejar de besarme, sus firmes y a la vez suaves manos se apoderaron de mis tetitas, acariciándolas casi con desespero, ¡ohhhhhh!!!,… ¡hummmmm!!!, ni en mis más locas fantasías lo había imaginado así y finalmente estaba ocurriendo: ya sin miedo, estiré mis manos y comencé a acariciar sus firmes tetas, corriéndome de gusto de poder al fin sentir el calor de una piel suave y deseosa!!! Scarla me tenía completamente dominada: ¡con sus índices y pulgares me frotaba deliciosamente mis pezones ya erectos por completo, llevándome a la locura!!!, ¡era divina, se estaba apoderando por completo de mis pezones sin sacarme aún la blusa ni el brassiere!!

Nuestro primer beso duro mucho, muchísimo,… hasta casi hacerme perder la respiración y el conocimiento: ¡esa pequeña habitación ardía!!! El cuerpo de Scarla era caliente, muy caliente; ardiente en extremo,… yo ya casi sudaba, sintiendo cómo su ardor me envolvía, y me rodeaba toda.

Apenas separó sus labios de los míos, las piernas me comenzaron a temblar sin control y caí sentada al suelo, ¡Scarla reía con esa risa preciosa viéndome avergonzada en el suelo!; lo que hizo a continuación me quitó el aliento: ¡me tomó de los tobillos con firmeza, me obligó a recostarme en el piso y sin esfuerzo me quitó el jean y la bragas por completo!!! Yo quedé en el suelo azorada, gimiendo como una nena asustada,… tratando falsamente de cubrirme con una mano mi intimidad húmeda al extremo, agitadísima y toda acelerada, ¡viéndola desde el piso, abriendo enormes mis ojos, mientras Scarla se desnudaba por completo ante mí!!!

Su cuerpo desnudo era divino; ella era toda una diosa: sus pezones enormes estaban erectos por completo,…. y su concha,…. Hummmm,… su concha de labios morenos, gruesos y excitantes, rojísimos al centro me tenían hipnotizada por completo. Riendo, mirándome con picardía y deseo, mi Scarla, la primera mujer que me hizo suya, suya para siempre, se puso en cuatro manos ante mí y tomó mis rodillas con firmeza, ¡casi grité con locura cuando la punta de su lengua se introdujo en mi conchita!!!!, ¡OHHHHHH, DIOSSSSSSSSSS!!!, ¡ERA LA LOCURA, ERA INCREÍBLEEEE!! Sentí que la cabeza me explotaba, sentí que el mundo entero desaparecía,… solo tenía cuerpo, mente y ser para esa deliciosa lengua que me recorría la entrepierna con dulce salvajismo, haciéndome convulsionar,…

- …¡TE AMO SCARLA,… TE AMO SCARLAAAAAA!!!,… ¡OHHHHHH!!,…¡AAAAAAAHHHH!!!!,…

¡Era lo único que yo decía una y otra y otra veeeez!,… ¡me estaba matando, me estaba matando a puro placeeeeer!! Empecé a llorar a mares, lloré de alegría, de felicidad, mientras me descontrolaba por completo: ¡me abrí de piernas por completo para ella, me arranqué con locura la blusa y el sostén, me desnudé completa para ella, para mi amor, para mi Scarla!!!! Su lengua recorrió mi conchita y mi ano a una velocidad alarmante hasta hacerme estallar de gozo, en medio de un potentísimo orgasmo que me hizo gritar sin importarme si nos escuchaban. Scarla no me dejó ni un instante para el descanso: la compu estaba programada para soltar canciones sin cesar; ¡apenas me recuperaba cuando esa preciosa morena se puso en cuclillas sobre mi rostro!!! Jadeante, mojadísima, me ofreció su clítoris encarnado, tomándome de la cabeza, obligándome a chupársela, ¡y se la lamí gozosa, disfrutando hasta la locura de su aroma de mujer, de su sabor embriagante!!! Podía haber pedido morir en ese instante y ser feliz: deseaba yo pasarme una eternidad sintiendo su calidez, su húmeda intimidad que me bañaba toda, bebiéndola hasta el final.

Scarla gemía quedamente, con ese timbre de voz, entre ronquita y sensual, estremeciendo mi cuerpo y mi alma, cuando escuchaba sus dulces “sigue preciosa” y “mássss,… maaaaaaás!!!” Insaciable, se recostó encima mío, haciendo que mi cuerpecito se frotase salvajemente contra su cuerpo escultural y delicioso: ¡grité, lloré, mientras mordía su cuello con desespero, sintiendo que llegaba otra vez al orgasmo!! Su clítoris y el mío en entrelazaron, frotándose sin cesar, hasta hacerme explotar casi sin pausa. Luego Scarla se apoderó de mis tetitas con su boca ardiente como el fuego, haciéndome suplicarle lo indecible, mientras me las succionaba con fuerza, mientras me hundía sus dedos largos y deliciosos en mi almejita y mi agujerito posterior,…
Scarla no se detuvo hasta ponerme en cuatro y sobarme sus pezones erectos contra mi concha ya inundada por completo y abrasada por el salvaje placer que me daba su cuerpo ardiente, suave y enloquecedor. Finalmente me vine por última vez, casi mordiendo el alfombrado del piso y prometiéndole amarla por siempre. Tras eso, nuestros cuerpos sudorosos y húmedos se entrelazaron en el piso, acariciándonos y besándonos sin pausa, mientras la última canción programada sonaba a través de la radio. Scarla se incorporó y mostrándome su cuerpo desnudo, tecleó otra vez la compu para soltar publicidad, mientras se iba vistiendo lentamente. Deseaba no irme nunca, pero casi por instinto, me empecé a vestir temblorosa y dichosa, escuchándola mientras hablaba al micrófono y disfrutando aún el delicioso sabor de su cuerpo en mis labios, pesando en que era el inicio de una eternidad de amor y de placer.

- …¿Te vas a quedar?,… -, le dije entonces, ansiosa, e medio de una pausa de su locución.
- Mi programa es hasta el amanecer: tú lo sabes -, me dijo con esa voz que yo amaba por completo.
- ¿Nos podemos ver mañana?
- …Mañana, pasado, cuando tú quieras, preciosa,….

Sin decirnos más nada, me despedí de ella con un tierno beso, quedando yo para buscarla al día siguiente, ahí en la radio. Estaba yo feliz y completamente enamorada. El descenso por el elevador fue para mí como si estuviese yo ensoñando; ¡cada centímetro de mi piel vibraba, mientras respiraba por la nariz, sintiendo el divino aroma de su piel,….¡aahhhh!, su perfume más íntimo, impregnándome todaaa! Había vivido la más maravillosa fantasía, finalmente hecha realidad y no deseaba que terminase jamás; pensando en cómo controlar la impaciencia que ya me comenzaba a dominar, por volver al día siguiente, para otro ardiente encuentro con Scarla, mi amor.

Al abrirse la puerta del ascensor, vi que caminaba hacia mí, por el pasillo, una tipa; apenas la ví de reojo: media cabeza más alta que yo, rubia y de figura espigada de modelo. Portaba entre sus brazos un cuaderno de esos que las bebas usan para pedir autógrafos. Instintivamente me alisé el cabello, dado que me sabía casi completamente despeinada por la salvaje líbido de mi ardiente Scarla,…

- …¿La radio?,… -, me preguntó la bella desconocida, muy ansiosa.
- Séptimo piso,…
- Gracias.

La puerta se cerró tras de mí, mientras me limpiaba yo rímel corrido, en mi mejilla derecha. Caminaba entre nubes, conforme me acercaba al escritorio donde el viejo guardia seguía durmiendo, roncando sonoramente. En los parlantes del vestíbulo, se oía una canción de Julieta Venegas. Pasé junto al guardián durmiente, mientras me reía quedamente de mí misma, al sentir cómo las piernas me temblaban, por efecto de aquella sesión de sexo del bueno recién vivida: me sentía dichosa, infinitamente feliz, amada, y deseada. Me apoyé un momento contra la pared y saqué un cigarrillo. Lo encendí y disfruté del tabaco mientras escuchaba la canción esa, que Scarla había puesto en ese instante, mientras esperaba yo ansiosa escuchar su voz, pensando tontamente que tal vez se referiría a mí, a nosotras y a la locura deliciosa que habíamos hecho.

La canción de la Venegas acabó, y justo cuando estaba yo por abrir la puerta del edifico e irme del todo; entonces escuché de nuevo por los parlantes, esa deliciosa voz que había sido a la vez, mi obsesión y mi perdición: en ese instante, la escuché a ella de nuevo y pasé de la dicha al total estupor:

- …¡Mmmm!,… ¿saben qué, mis gatitas?,…. la noche es joven y estoy que arrrrdooo!!,… y como toda una gatita ardiente, voy a saltar al tejado y voy a hacer travesuras,…. ¡mmmm!!!,… alguien me espera aquí, bajo la luna: me voy a portar muuuuuy maaaaal!,…así que les dejo mientras, con una canción de La Oreja de Van Gogh,…. ¡pórtense mal como yo, mmmhhhh!!!,… ¡ooohhh!!!,… ¡OHHHH!!!,… ¡AHHHHHH!!!!,...

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