11 ago 2012

En las mañanas,...




Un relato de: Krakkenhere.

La luz azulada, casi gris, que ilumina apenas la ciudad, en esta mañana de temporada invernal, apenas se colaba a través de las persianas, recortando tímidamente las sombras dentro de nuestro feo y apretujado cuarto. En medio de los dos pares de camas-camarote, en nuestro dormitorio compartido, estaba yo, abotonándome sin ninguna prisa, mi blusa blanca. Del piso de abajo solamente llegaba el murmullo del agua hirviendo y el siseo de las frituras rápidas del desayuno. Se abrió la puerta del dormitorio y una onda de vapor le acompañó al entrar, mientras se secaba el cabello, regresando de tomar una ducha: siempre con su risa burlona y la camisa desabotonada; no le quito un ojo de encima mientras pasa secándose el pelo: le conozco bien,… y como lo esperaba, él comenzó todo de nuevo, ¡como si yo fuese un cesto de ropa sucia sin más, me aventó con fuerza la sucia camiseta de deportes –anoche pijama, hoy toalla para él-, que llevaba, contra mi cabeza, haciéndome casi ir de bruces contra la cama!,… y exploté ¡ayyyy, no lo soportoooo!!!!

¡Su carcajada burlona me saca y me sacará siempre de quicio!; como siempre, sin pensarlo dos veces, le salté encima con todas mis fuerzas y me le colgué del cuello, clavándole donde podía las uñas: me lleva más de una cabeza de alto, mas no me importa: tengo que vencerle. Casi al instante en que mis garras se prendieron de él, el dormitorio a semipenumbra se llenó de ecos contenidos: “¡cerdo!”, “¡buscona!”, “¡imbécil!”, “¡perra!”, jadeos, maldiciones apenas contenidas y los pesados pasos que empezó él a dar pesadamente,… conmigo encima, y zarandeándole yo con furia, tratando de hacerlo caer.

…Finalmente lo logré: ¡siiii, cruzando mis piernecitas tras sus rodillas lo hice plantar una rodilla al suelo y luego otra, mientras soltaba maldiciones por esa boca asquerosa que se maneja!; encaramada sobre él, me le prendí con todo: le clavé las uñas en el pecho, la espalda y el cuello, abriéndole con fuerza la camisa, casi reventándole los botones, mientras a la vez le muerdía la nuca. Él no se deja para nada: desesperado, con una mano me toma de los cabellos, tratando de zafarse de mi,… y con la otra mano, a tientas, me la mete por debajo de la falda ¡y me hala con desespero mis braguitasss!!!; ¡Y ES MUY DOLOROSO PARA MIIII!!!,... sin dejar de maldecir, me tira de mi prenda hasta el máximo, tratando de quitármela por detrás, ¡pero a la vez haciendo que se me introduzca hasta el máximo por mi estrecha rajitaaa!!!

- ….¡MALDITO PUTO CABRÓN: TE ODIOOOO!!!,… -, le grito a la vez que le clavo los dientes en el cuello.

- ¡SUÉLTAME, PUTA DE MIERDAAAAAA!!!!,… -, me replica el muy maldito, pugnando para zafarme de encima suyo.

Insultos más, jadeos y un súbito revolcón por el suelo y él logró finalmente lo que quería: rodamos los dos por el piso del dormitorio en penumbras, hasta quedar yo debajo de él,…. ¡mmmm, pesa demasiadoooo!!!; evito mostrarle que le temo, que me desespera apenas pensar que me tiene a su merced,… pero mis paraditos pechitos me traicionan: suben y bajan rápidamente, dándome esas bocanadas de aire que necesito tanto en esos momentos,… pero a la vez, tensando mi blusa blanca, casi haciendo explotar los botones,… y sin poder yo evitar por el roce, que mis pezoncitos se erecten, apuntando hacia arriba. El maldito miserable empezó a reírse burlonamente, apoyado de rodillas sobre mis bracitos, segurísimo así de poder impedir que yo me defienda.

- ….¡SUELTA DESGRACIADO INFELIZZZZ!!!,… -, le grito entre dientes, mientras él me abre la blusa, me zafa a tirones mis sostencito blanco, buscando sacarme al fresco mis seños y mis pezones oscuritos-, ¡maldito enfermo, TE ODIOOOOO!!!!,…

Le impreco mientras trato con todas mis fuerzas, pugnando infructuosamente desde el suelo, el atinarle a dar un certero rodillazo. De pronto, un latigazo de dolor me recorre de cabeza a pies ¡AUUUUUUUUUU!!!!, ¡MALDITO DEMENTE, EM MORDIÓ EL EZÓN CON UNA FURIA QUE CASI ME LO ARRANCAAAAA!!! Aumento mis esfuerzos por sacármelo de encima “¡NOOO: NO ME VA A GANAAAAR!!!” es lo único que pienso:

- ¡No te hagas la tercia,…. Bien que te gusta, putita barataaa,..!!!!,… -, me dice entre mordida y mordida, ¡PERO LO QUE YO MÁS ODIO ES SENTIR SU LENGUA ASQUEROSA, BABEÁNDOE LAS TETAS POR COMPLETOOOO!!!

Estaba llevando yo las de perder: aprisionada contra el piso, por el peso de su cuerpo, se acomodó a sus anchas, gozando al tenerme bajo suyo con las tetas al aire para él; haciéndome doler con cada movimiento que hacía encima de mío, se desabrochó la bragueta y sacó afuera su miembro, ¡el muy cabrón quería obligarme que me la tragase toda, QUERÍA HUMILLARME AL MÁXIMO, HASTA TRAGARME SU LECHADA!!!

La pelea entonces se volvió una cosa de voluntad: su verga puede ser grande e intimidante pero por más fuerza que hiciera con ella, no podía fácilmente abrirme la boca ¡prefiero mil veces morirme con asfixia antes que darle gusto al cabrón!!!, su pieza chorreante me la pasó por toda la cara y los pechos, manchándole de lechada incipiente desde la nariz hasta los pechos, ¡PERO NO ME DEJÉ!; en un instante de su desespero, liberé una de mis manos ¡y con un zarpazo salvaje, me le prendí de sus huevos grandotes y morados!!; ¡los gritos contenidos de ambos empezaron a sucederse sin pausa!: él bruto eso, tratando de abrirme los dientes a la fuerza, mientras yo le apretaba con furia los genitales y la base del pene con mi mano, ¡lo hice lloraaaar!!; pero orgulloso como él solo, se negaba a ceder, empecinado como estaba en abrir los labios e introducirme su pieza.

Al poco ni él y ni yo lo soportamos mucho: fue casi mutuo el que ambos nos zafásemos al mismo tiempo,… y mientras yo le propinaba un certero rodillazo. Nos quedamos un rato resollando unos instantes en el piso del dormitorio,… pero la verdad, nunca yo he sabido lo que es, un límite: ¡me le fui nuevamente encima!!; en cuestión de segundos, sin importarme el que él y yo estábamos medio desvestidos, empezamos a recriminarnos e insultarnos en medio de escupitajos cargados de odio apenas contenido, rodando por todo el piso. Hecho un salvaje, se dedicó sólo a tratar de arrancarme la ropa, pugnando por sobre todas las cosas de sacarme las braguitas (¡CERDO!!); ¡yo, empeñada como estaba en sólo hacerle daño, ¡¡sólo atiné a prenderme casi con las uñas de su pieza, comprimiéndola entre mis manitas, pugnando por tratar de prenderme de ella con los dientes!!!,… y tanta era mi obsesión en dañarle, ¡que no me percaté de nada hasta sentir ese insoportable doloooooorrr!!!!; en medio del batallar, me había entregado a él como una tonta,… sentándome encima de él y con mi calzoncito bajado casi hasta mis tobillos, ¡no le costó casi ningún esfuerzo ensartarme la cabezota de su asquerosa verga en mi agujerito posterior!!!

¡Maldito, te odiooooooo!!!!; ¡sabía bien que su cosota dentro de mi estrecho agujerito posterior me lastimabaaa!!!; él muy miserable me tenía bien prendida con sus manazas, de mi delgada cintura: aún esforzándome por evitarlo, él me alzaba con fuerza,… para luego hacerme caer sobre su verga ensartada en mi culito,… ¡UNA Y OTRA Y OTRA VEEEEZZZ!!!; él gozaba como un enfermo penetrándome por atrás,… y yo me rehusaba a gemir como él,… ¡maldito, mil veces malditoooo: NO LE IBA A DAR EL GUSTOOOO!!! Su placer de todas las mañanas era ese; tratar de que le pida clemencia llorando o que gima como una marrana,… ¡PERO NO SE LO IBA A PERMITIR!!; apenas vi su rostro congestionado y sentí,… muy dentro de mí, la cabezota de su miembro a punto de explotar, hice de golpe mi jugada: él trató de zafar su pieza dentro de mi, y lograr como triunfo de su salvajada –ya lo había hecho antes,… varias veces-, descargarme su asquerosa lechada en toda la cara, ¡PERO NO SE LO IBA A PERMITIR!!, y decidida, usando todas mis fuerzas, empecé a contraer mi agujero, a alzarme con fuerza y caer de culo con fuerza, hasta casi partírsela,… hasta casi aplastarle los huevos:

- …¡TO-MAAAA,…. PU…TOOOO,… CAAABROOOOÓN!!!,… -, empecé a decir, descargando mi odio por él, con cada embiste de arriba abajo.

- ….¡AAAAH!!,… ¡AAAAAYYY!!,… ¡MALDI… TAAAA,… PU,.. TAAAAA!!!! -, empezó a gritar apenas contenido, el miserable maricón ese, poníendose morado al sentir todo mi peso cayendo sobre sus huevos-,… ¡TE VOY A LLENAAAR EL CULOOOOO!!!,…. ¿ESO QUERÍAS NO, PUTA DE MIERRRR,…. DAAAA?!!!,…

- … ¿DE TIIII??!!!,… ¡NI,.. LO,… SUE,…ÑEEES, MARI,…CÓOOONNNN!!!,… - le espeté, apretando más aún mi agujerito y haciéndole crujir la verga, cayéndole con más fuerza y rapidez-, ¡SUFRE,… SUFREEEEEE!!!!!,…

Faltaba muy poco para salir airosa: podía ver sus lágrimas chispando de sus ojitos de alimaña, sus dientes apretados y su carota de idiota, toda morada de al ira; ambos nos reclamábamos uno a l otro “¡RÍNDETE, RÍNDETEEEE!!!”,… y los dos en medio de gemidos cada vez más contenidos: yo cabalgando como poseída su verga animal y él,… casi obligado por su deseo enfermo y mi determinación, a violarme salvajemente por mi ano ya abierto todo para él y totalmente enrojecido. En ese instante, a punto de lograr mi mayor triunfo, me distraje,… ¡SIIII, ME DSITRAJE!!!, y a segundos de lograr mi gloria, de tenerlo ahí a mis pies vencido, casi sin darme cuenta, en casi mi última alzada, y lista para dejarme caer por últia vez sobre su verga tiesa y a punto de explotar, me dejé sin oponer resistencia, que él me presionara con salvajismo, con sus dos pulgares enormes, mi clítoris , hecho ya una pelota,… ¡la descarga eléctrica que recorrió mi cuerpo me enloquecióoooo!!!,… y en segundos pasé a subir y bajar por su verga como una desesperada, y gimiendo:

- ….¡AAAAhhh, llena,… meeeee!!!!,….. ¡AAAAH,… LLE,… NA,…. MEEEE!!!!,…

Fue cosa de segundos y yo ya estaba perdida: él miserable bruto ese me llenó por completo el agujero con su lechada caliente,… mientras yo lloraba, ¡¡¡SIIII, LLORABAAAA!!!!,… lloraba de rabia, al verme vencida de nuevo,…

La última zarandeada que me dio la utilizó para sacarme la verga del culo, con un sonoro y húmedo sonido, cual botella que le quitan el corcho y de un bruto empujón me hizo volar contra una de las cama-camarote: casi la echo por suelo al caer pesadamente sobre ella. Semejante escándalo la puso a ella sobreaviso allá abajo, haciéndola dejar de golpe sus quehaceres de la mañana:

- …¡Bueno ya, ustedes dos!,… -nos gritó a través de los muros y el piso, como acostumbraba todos los días-, ¡DÉJENSE YA DE SUS COSAS Y VENGAN, QUE SE ENFRÍA EL DESAYUNO!!!,…

Sin más él se fue a toda prisa, vistiéndose de camino al piso de abajo,… mientras yo me moría de rabia, rodando de la cama al suelo; ¡MALDITO PUTO MARICÓN, ME HA GANADO DE NUEVO!!!,….era lo único en lo que yo podía pensar: en nuestras batallas de cada día, el mostrar que se había perdido el control en nuestras salvajes y enfermas peleas, y llegar de último a la mesa es haber perdido,….. ¡la rabia me invadió mientras estaba yo ahí, tirada, medio desnuda y apretándome mi ardiente agujero posterior que rezumaba lechada!!,… tengo ganas de llorar, de bajar y arrancarle los ojos con mis propias manos!!!,… pero no me queda otra; tomo su asquerosa camiseta de deporte mojada del suelo y me limpio su semen asqueroso de mi cola: reviso que ni mi blusa ni mi falda estén desgarradas y maldisimulo bajo mi falda, mi calzoncito casi hecho tiras; un nuevo llamado a bajar y me apresuré a descender las escaleras,… ¡odiándome a mi misma por verme obligada a verle como si nada, disimulando todo en la mesa!,… pero ya mañana tendré mi revancha y no es bueno tardarme esta vez ni otras, ni él ni yo,… no hay que tentar a la suerte: cualquier día se nos va a pasar la mano en nuestras peleas matutinas a mi hermano o a mi, y mamá va a subir a ver qué realmente pasa,…

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